El pedido de los fiscales que están a cargo de investigar la muerte de Diego Armando Maradona es claro: que los 8 profesionales de la salud que están implicados sean llevados a juicio oral, ya que los consideran como supuestos responsables por “homicidio simple con dolo eventual”.
Patricio Ferrari y Cosme Iribarren son los fiscales adjuntos de San Isidro, y Laura Capra, fiscal de Benavídez, son los que están llevando a cabo la investigación.
Los implicados son el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz, la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical Nancy Edith Forlini, el coordinador de enfermeros Mariano Ariel Perroni, los enfermeros Ricardo Omar Almirón y Dahiana Gisela Madrid y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna.
Quienes llevan adelante la causa consideran que el cuidado de Maradona fue totalmente improvisado, es más, cuando el “Astro” empezó a mostrar problemas, ellos actuaron de manera poco profesional y con acciones burdas que no han sido vistas antes.
Es por ello que todos están acusados de ser cómplices de la muerte de Maradona, debido a que llegaron a la conclusión de que su accionar en el momento más crítico fue deficiente y que sabían que el desenlace podría ser el peor. Pese a todo, no actuaron en consecuencia como la situación lo demandaba.
Si bien los 8 acusados van a llegar en libertad al debate, no significa que no se les pueda llegar a complicar su situación. Para los fiscales la internación domiciliaria fue algo nunca antes visto, ya que no reunía las condiciones mínimas para tener bien cuidado a un paciente de las características de Maradona. Calificaron como “indignante” toda la internación de principio a fin.
Tampoco juega a su favor el hecho de que cuando se les tomó testimonio, los 8 profesionales de la salud intentaron cada uno por su cuenta, “salvarse” a si mismo, tratando de sacarse responsabilidad ante lo sucedido y hasta acusándose entre si.
La junta médica de peritos: clave en este caso
Durante 2 meses han analizado las circunstancias de la muerte del Ídolo, llegando a coincidir 17 de los 22 médicos en que era un paciente con pluripatologías (diversas enfermedades) y que antes del fatal desenlace, agonizó durante 12 horas. También concluyeron en que no estaba en pleno uso facultades en esos días, y que si estaba internado en un clínica en lugar de su casa en el barrio privado San Andrés de Tigre, hubiera tenido alguna chance más de sobrevivir.
Por último sentenciaron, “El equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando ‘a la suerte’ el estado de salud del paciente”.