Un escalofriante caso de abuso sexual que involucra a un estudiante de psicología de 26 años ha conmocionado a la comunidad de Foz do Iguazú. El individuo fue detenido el pasado miércoles 9 en una operación conjunta llevada a cabo por la Policía Civil de Paraná (PC-PR) y la Policía Federal (PF).
Las autoridades, tras una minuciosa investigación que se originó en la vigilancia de actividades delictivas en línea, han descubierto que el sospechoso habría abusado sexualmente de más de 300 niños y adolescentes. Los hallazgos derivaron en el decomiso de más de 1.700 archivos de pornografía infantil, con aproximadamente 350 de ellos siendo producidos por el acusado mientras perpetraba actos de violación contra las víctimas vulnerables.
El detenido se enfrenta a graves cargos, que incluyen la violación virtual de personas vulnerables, así como la producción, almacenamiento y distribución de material pornográfico infantil. Además, se le imputa la incitación a menores para participar en actos lascivos.
De acuerdo con las averiguaciones realizadas por las autoridades y detalladas por el portal O Povo, el sospechoso habría atraído a sus víctimas a través de plataformas de juegos virtuales. Utilizando identidades falsas en línea, establecía contacto con niños y adolescentes mediante videollamadas, coaccionándolos para llevar a cabo actos sexuales solos o con objetos. En un giro aún más siniestro, ofreció “incentivos” como monedas virtuales, premios y regalos a cambio de imágenes comprometedoras o actos sexuales.
El delegado de la Policía Federal en Foz do Iguazú, Marco Smith, ha informado que la operación tuvo inicio en la vigilancia de actividades delictivas en línea y que los archivos obtenidos serán fundamentales para el desarrollo ulterior de la investigación.
Es particularmente inquietante el hecho de que el sospechoso, siendo estudiante de psicología, habría empleado su formación académica para manipular a sus víctimas. José Barreto, líder del Núcleo de Combate al Ciberdelito de PC-PR, dijo que el individuo poseía literatura sobre el comportamiento verbal de los niños, insinuando el uso de tácticas psicológicas para inducir a los menores a participar en acciones inapropiadas.
Estos crímenes atroces se habrían perpetuado durante varios años, desde 2016, y habrían afectado a niños, niñas y adolescentes menores de 14 años. Las autoridades subrayan la urgencia de identificar a todas las víctimas con el fin de proporcionarles la atención y el respaldo necesario en este momento delicado.
