Ivana Velazquez Araya y Franco Peluso son una pareja de fisicoculturistas del departamento de Guaymallén que se están preparando para un torneo internacional de la disciplina. Ambos entrenan arduamente y llevan una rígida dieta.
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La pareja entrena para ganar la Copa Mercosur 2022. La misma es una copa internacional y tiene como objetivo ganar el carnet pro para que la disciplina se convierta en profesión.
Ivana Desirée comenzó a entrenar hace cinco años y su preparación para competir es desde hace tres. El debut de la joven será en diciembre. Por su lado su pareja comenzó hace nueve años y la preparación para competir en esta disciplina empezó hace dos meses.
“Cuando prácticas este deporte es importante tener de pareja a una persona que se dedique a lo mismo que vos porque la preparación es difícil. Es un deporte egoísta y pre competencia hay que pensar solo en uno mismo”, comentó Franco a Vía Mendoza.
“Está bueno que los dos hagamos lo mismo porque cuando compite él y yo vivimos para él. Y cuando me toque a mí él y yo viviremos para mí. Además, el mal humor que te da el pasar hambre y las semanas de la etapa de definición es difícil que lo banque alguien que nunca pasó por eso”, indicó Ivana.
El día a día de un fisicoculturista
Los amateurs en la disciplina tienen una lucha constante económica y mentalmente. La joven tiene tres trabajos y además es estudiante universitaria. Por su parte, Franco también trabaja y entrena diariamente.
“La rutina requiere de mucho esfuerzo y mucha disciplina con las comidas sobre todo que deben estar a horario. También, necesitamos descansar más que bien ocho horas recomendadas”, dijo la pareja.
Cada uno tiene su menú especifico y recomendado de acuerdo a su cuerpo. Trabajan en llevarse la comida en los horarios que les corresponde mientras están realizando sus otras actividades o trabajando para poder pagar gimnasio y comida.
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Una historia de superación
Ivana decidió empezar a entrenar luego de salir de una relación en la que sufría violencia de género. “Logré sobrevivir de esa relación y necesitaba sentirme fuerte. Yo quería lograr sentir que tenía el control de algo”, expresó.
“Lo que me motivo a competir fue encontrarme con mi entrenador y que me dijera que mi cuerpo era perfecto para la categoría bikini fitness que tenía la genética. Sentir que encajaba perfectamente en algo cuando sentía que no era buena en nada me motivó. Yo se que si trabajo duro podré lograr grandes cosas, además de la satisfacción que me proporciona el proponerme objetivos difíciles y lograrlos”, concluyó.