“La dábamos por perdida”, esas son las crudas palabras de integrantes de una comunidad wichi de Formosa al contar que la policía se llevó a una joven y no tenían noticias de ella. La policía fue en dos oportunidades al lugar hasta que encontró a Sabina y se la llevaron junto con su bebé: el pequeño fue devuelto pero ella estuvo más 17 días en aislamiento, en ese momento le pusieron un implante subdérmico anticonceptivo sin su consentimiento.
La menor de 15 años, contó a su padre que las autoridades formoseñas le dijeron que si no se ponía el chip no la iban a dejar ir, y por esta razón Sabina dejó que lo hagan, detallan en un informe de Telenoche Investiga. La comunidad no sabía de que se trataba, no entendían que función cumplía el elemento que le pusieron en el brazo hasta que la periodista Paula Bernini leyó la tarjeta que le dieron: “El poseedor de esta tarjeta está utilizando un implante anticonceptivo para uso subdérmico”.
Sabina estaba sola y aislada, habla poco español, por lo que ante la amenaza de las autoridades accedió para poder volver a su comunidad, pero este implante es “totalmente perjudicial” según el médico clínico Manuel Giménez (MP 1121) ya que para realizar este tipo de tratamiento o cualquier que involucre hormonas se le debe hacer un profundo análisis ginecológico. “Está totalmente mal. No se puede hacer eso sin estudios y menos sin consultarle al paciente y a su familia”, remarcó el médico que catalogó a este accionar como “aberrante”.