La investigación de la muerte de César Caytano (23), quien fue asesinado a tiros en Bernardo de Irigoyen, continúa sin rastros de del autor de los disparos a quemarropa. No obstante, hay dos detenidos, quienes presenciaron el crimen y se sospecha que podrían estar involucrados en su organización.
Los detenidos son un joven de 23 años y una mujer de 28. En principio, desde el Juzgado de Instrucción de San Pedro a cargo de Ariel Belda, intentan determinar a qué se dedicaba exactamente la víctima para poder establecer el móvil del crimen.
La primera versión es que el joven se dedicaba al contrabando de vinos y cigarrillos, pero desde la familia niegan esa acusación y aseguran que tan sólo cambiaba y prestaba dinero en la zona fronteriza de Bernardo de Irigoyen.
Esto se afianzó luego de conocerse su parentesco con Lindomar De Olivera Cunha, quien fue acribillado a balazos el pasado 4 de mayo en el barrio Provincias Unidas. Es que César era hijastro del hombre que se dedicaba al comercio ilegal de vinos en la frontera.
Lo cierto es que del asesino de César no hay rastro alguno, como así tampoco de quienes acabaron con la vida de su padrastro.