Una beba de cuatro meses oriunda de Pozo Azul falleció en la noche de ayer, alrededor de las 23:00 horas, en el hospital de la localidad brasileña Dionisio Cerqueira. Por el hecho investigan a sus padres, una menor de 15 años y un joven de 19, quien se encuentra detenido.
Según informaron desde la Unidad Regional 12, el misionero de 19 años identificado como Rafael N. está preso en Brasil por abusar y matar a la beba, a la cual tras ser internada descubrieron los horrores a la que fue sometida a tan corta edad.
El caso tomo relevancia el sábado 30, cuando en primera instancia ambos progenitores llevaron a la pequeña a una farmacia y luego al nosocomio del vecino país. Tras las revisiones, establecieron que la beba había sido violada y que sus progenitores decidieron trasladarla al centro médico fronterizo para evitar consecuencias en territorio argentino.
El motivo del deceso fue diagnosticado como insuficiencia respiratoria a causa de graves lesiones, las mismas compatibles con abusos sexuales. Los padres aseguraron que nada sabían sobre las causas de su estado de salud.
Sin embargo, más tarde se conoció que la madre identificada como Fernanda B. de 15 años, tomó conocimiento de las vejaciones el jueves 28, pero aseguró que estaba bajo amenaza.
Es así que relató que su pareja de 19 años le había pedido que no revelara que descubrió que la beba estaba con sangrado, que escuchaba llantos y gritos mientras ella se bañaba, y aseguró que por ello fueron hasta Brasil, creyendo que en Misiones podrían terminar presos y que del otro lado tenían la posibilidad de evitar el calabozo.
El muchacho está detenido y además incautaron ropas de donde tomaron muestras que luego serán investigadas, además de un chupete. La madre, por otro lado, no estaría tras las rejas por su edad. Sospechan que la mamá de la joven, es decir la abuela de la criatura fallecida, también estaba amenazada.
Según declaraciones de efectivos de la Policía Militar de Brasil, quienes notificaron a sus pares de Misiones, sorprendió la frialdad de la pareja al momento en que les avisaron que la beba había muerto, incluso se reían. Por el hecho, estiman, el joven podría pasar hasta 30 años en un penal.