Uno de los hechos relevantes de esta maratónica jornada fue la detención de Gregorio González, un hombre domiciliado en Santiago de Liniers, y que fue convocado por la defensa de Ariel "Chinchulin" Cardozo para intentar sostener la coartada que el acusado se encontraba ese día en la mencionada localidad y no en Puerto Piray donde ocurrió el asesinato.
González se mostró visiblemente nervioso hasta el punto de confrontar con el fiscal Dr. Federico Rodríguez y no pudiendo responder las preguntas que se le formulaban e incurriendo en contradicciones, que para el Ministerio Público Fiscal obstruyen la posibilidad de acceso a la verdad.
La hora, un factor clave
Una de las principales incongruencias en su relato tiene que ver con el horario en que él dijo que llegó Cardozo a su casa, ya que en Instrucción había dicho a las 18 horas del martes 7 de abril de 2015 pero otras personas lo habrían visto recién en su casa a las 9 de la mañana del día siguiente.
Por esta razón es que el Fiscal solicitó su detención, algo que no fue compartido por los abogados defensores los que aducían que el testigo se mantenía firme en sus declaraciones y que la parte acusatoria le estaba solicitando valoraciones de testimonios de otras personas.
No obstante, el Tribunal hizo lugar al pedido de la Fiscalía y González quedó detenido.
Otro de los testigos aportados por la defensa de Cardozo fue César Dos Santos, quien afirmó que el acusado fue a su casa donde estuvo todo el día e incluso se quedó a pernoctar pero sin especificar con claridad que día por lo que resulta de difícil valoración para el sostenimiento de la coartada.
Sumado a esto, un testigo de apellido Benítez señaló que había visto a Cardozo el día del homicidio en la Plaza de los Niños de Puerto Piray y que, incluso, lo había llamado pero que él no se acercó. Dijo que Cardozo estaba acompañado de otra persona.