El Banco Central de la República Argentina (BCRA) no estaría en condiciones de lograr la acumulación de reservas proyectada hacia fin de año, lo cual agrega presión sobre los diferentes tipos de cambio y es una de las causas que explica el sostenido aumento del dólar en todas sus variantes.
A partir del informe sobre la “Evolución del Mercado de Cambios” que publicó la autoridad monetaria con cifras de agosto y los datos disponibles de septiembre, surgieron trabajos que anticipan un panorama cada vez más complicado para el cierre de 2023.
El acuerdo renegociado con el FMI sugería que entre agosto y diciembre el país debía acumular US$ 8.000 millones, con lo cual el período cerraría con un saldo neto a favor de US$ 1.000 millones, respecto al año pasado (cabe recordar que este objetivo se modificó a raíz del fuerte impacto de la sequía). Pero con los números oficiales conocidos al octavo mes del año, crecieron las dudas sobre la posibilidad de que se alcance ese número.
“Dado que no se espera un flujo positivo de capitales y el saldo comercial no muestra signos de mejora, la tendencia de escasez de divisas se acentuará en los pocos meses que quedan. En este contexto, parece poco probable que el Banco Central pueda acumular un saldo positivo de reservas en el 2023″, advirtió la consultora ACM en su último reporte.
En tanto, con los datos oficiales a septiembre, Portfolio Personal Inversiones (PPI) indicó que “a pesar de la implementación del dólar soja, el BCRA fue incapaz de acumular reservas debido a su elevada intervención en el mercado de cambios”. Y va un paso más allá al alertar “que de no haber reservas podrían verse en una posición difícil para honrar sus obligaciones” (el BCRA enfrenta deudas en moneda extranjera en el último trimestre por US$ 5.500 millones).
En las últimas ruedas el nivel de intervención superó los US$ 50 millones e incluso el lunes se calculó en más de US$ 63 millones y hoy en más de US$ 83 millones. Las pérdidas por este tipo de operaciones acumulan en el año más de US$ 2.000 millones.
Por esa obsesión de usar dólares para que no dispare el tipo de cambio, el BCRA sigue incrementando mes a mes la deuda con importadores. Para ACM ese pasivo superó los US$ 11.000 millones a fines de agosto, mientras que para la consultora LCG se ubicaría en unos US$ 10.200 millones.
El dato adicional que aporta LCG es que durante agosto estos compromisos aumentaron en US$ 3.000 millones, ya que se pagaron sólo la mitad de las compras hechas y calcula que a fin de año ese pasivo puede trepar a US$ 16.000 millones.
Desde el Ministerio de Economía afirman que la autorización de SIRA mantiene un ritmo adecuado en función del flujo de pedidos, pero los importadores siguen remarcando que el principal obstáculo proviene del Banco Central que no autoriza los pagos o modifica plazos ya otorgados.
Con este escenario, vuelve a reflotarse el swap con China como opción de financiamiento. Fuentes de gobierno señalan que será uno de los temas que tratará el presidente, Alberto Fernández, durante su visita a China. Cabe remarcar la complejidad y la opacidad que tiene esta operación que hace unos meses ya se utilizó para pagarle al FMI y ahora vuelve a utilizarse como salvavidas, sin que quede claro cuánto dinero se utilizó, las tasas que se pagaron y qué se concedió a cambio.
Las proyecciones acerca de cómo llegarán las reservas al cambio de gobierno resultan fundamentales para precisar el panorama que recibirá la próxima administración.
Por los cálculos previos es muy difícil que se pueda cumplir con lo pactado con el FMI a menos que se apele a la contabilidad financiera, se agrande la deuda con importadores o se acredite algún préstamo de los tantos anunciados por parte del BID o del Banco Mundial.
Al advertir esa debilidad, el mercado puede jugar a una nueva corrida contra el BCRA.
En ese sentido, y ante el evidente proceso de dolarización desatado, EcoGO, que dirige Marina Dal Poggetto, recalcó: “Lo que queda claro para lo que resta del mes (teniendo en cuenta que el exceso de pesos se va a exacerbar) es que la brecha va a seguir tomando temperatura”.
En este contexto la incertidumbre manda y este martes el dólar “blue” trepó a $ 810, con lo cual el spread con el oficial superó el 120%.
En tanto, el MEP escaló a $ 722 ,91 y el Contado con Liquidación a $ 837,80.
El Banco Central vendió US$ 19 millones y cortó una racha de 35 jornadas de compras consecutivas.
Leyendo este panorama, la empresa calificadora de riesgo crediticio Moody’s publicó un informe en el que estimó que la inflación de 2023 será de 200% y que se disparará a 350% en 2024, lo que es equivalente a una suba de precios mensual de 25%.
Asimismo considera que la economía argentina caerá 3,5% este año y 2,5% el próximo.
No obstante, hace un asterisco y admite cierta liviandad en la conformación de su estudio al escudarse en “la incertidumbre política”.
“Hay una gran incertidumbre y a nosotros nos deja más cómodos manejar ese tipo de números que tratar de hilar un poco más fino si se diera tal cosa o tal otra”, reconoció Martina Barreyro, directora de la empresa.