Historia de la inflación en Argentina: cuáles fueron los billetes que perdieron más valor y en qué períodos

Los procesos inflacionarios son un clásico en nuestro país y, desde la segunda mitad del Siglo XX, nuestra moneda fue perdiendo su capacidad de compra. Un repaso por los peores cuatro momentos de la divisa local.

Historia de la inflación en Argentina: cuáles fueron los billetes que perdieron más valor y en qué períodos
Moneda local: historia de inflación y devaluación.

La inflación hace que la moneda local pierda cada vez más valor. La subida constante de precios nos llevan a pensar que “la plata no vale nada”. Sin embargo, este escenario no es nuevo: en otros momentos de la historia también la divisa argentina de turno tuvo grandes descensos.

La consultora Focus Market elaboró un informe en el que analiza la aceleración de la pérdida del poder adquisitivo de los billetes argentinos de mayor denominación a lo largo de la historia.

La pérdida del valor de la moneda local a lo largo de la historia.
La pérdida del valor de la moneda local a lo largo de la historia.

Además, a simple vista se nota que las emisiones no sólo fueron perdiendo ceros sino que, además, se fue cambiando el signo como una medida por eficiente para atacar cuestiones inflacionarias.

En 1981, 1.000.000 de pesos Ley 18.188

Emitido por primera vez el 25 de noviembre de 1981, el billete de mayor denominación en la historia local, al menos desde el punto de vista nominal, fue el de $1.000.000 Ley 18.188. Apenas entró en circulación fue perdiendo valor, dada la situación económica tan crítica de entonces. De hecho, las cantidades usuales de dinero no entraban en las máquinas de contar billetes de esa época.

Fue así que se fue terminando con su curso legal en julio de 1985, y su desmonetización total fue en octubre de 1985, a pocos meses del lanzamiento del Plan Austral.

El peso Ley fue perdiendo valor apenas entró en circulación.
El peso Ley fue perdiendo valor apenas entró en circulación.

En apenas 48 meses un billete de $1.000.000 Ley 18.188 pasó a valer menos de $1.500 en términos reales -según la cantidad de bienes y servicios que se podían adquirir cuando entró en circulación-, para perder prácticamente el 100% de su valor al final del período.

En los últimos 40 años hemos destruido cuatro signos monetarios y erosionamos en meses en el poder adquisitivo del ingreso de los argentinos. En forma cíclica nuestros políticos señalaron en sus campañas las debilidades del anterior por haber ejercido el poder destructivo de los desequilibrios de las cuentas públicas sobre los bolsillos de los argentinos. Todos, absolutamente todos, tanto oficialismo como oposición en forma de alternancia, se han recostado sobre el deterioro constante pero nadie ha podido ponerle fin a la destrucción del valor de nuestra moneda”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market.

En 1985, 10.000 pesos argentinos

Llegó el turno de una nueva moneda: el peso argentino, que buscó estabilizar las altas variaciones de precios y facilitar las transacciones diarias. Entoncs, el billete de mayor denominación fue el de 10.000 pesos argentinos, lanzado en abril de 1985, para que luego de 39 meses -en julio de 1988- tras una inflación promedio de 650%, perdiera también el 100% de su valor real original.

El peso argentino perdió el 100% del valor en 39 meses.
El peso argentino perdió el 100% del valor en 39 meses.

“Estamos en la actualidad ante un proceso de aceleración de la variación de precios y pérdida del poder adquisitivo del peso argentino muy fuerte. El Gobierno tiene problemas para seguir financiando su déficit fiscal colocando deuda en el mercado local, con el mercado de deuda internacional cerrado y con suba de tasas. Un leve revés del mercado ante este escenario puede incrementar la emisión monetaria, con mayor circulación de pesos en el mercado e impacto sobre la variación de precios, caída de su demanda, aceleración de su circulación e incremento de la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda”, dijo Di Pace.

En 1990, 500.000 australes

En 1985 llegó el Austral, durante el Gobierno de Raúl Alfonsín. Con este nuevo signo, apareció un plan económico, que al final de la historia no pudo cumplir su objetivo de estabilización de los precios, por lo cual se volvieron a registrar altas tasas de inflación.

En noviembre de 1990, se emitió el billete de mayor denominación de ese signo, que fue el de 500.000 australes. Su desmonetización conenzó en enero de 1993, es decir que en 27 meses el austral perdió la totalidad de su valor.

El billete más alto del austral salió a la luz en 1990.
El billete más alto del austral salió a la luz en 1990.

La pérdida de valor de la moneda y más específicamente del billete de mayor denominación del país solo es una muestra del deterioro que genera la inflación en todos los elementos de la economía. Mientras hace 22 años el segundo billete de menor denominación de 5 pesos, que tenía la figura de San Martín, valía 5 dólares, hoy el billete de mayor denominación de $1.000 -que tendrá la figura de San Martín- comenzará valiendo USD 3,70. Es decir que el billete de mayor denominación tendrá menos valor real que el segundo billete de menor denominación de hace 22 años”, agregó el director de la consultora.

En 2017, 1.000 pesos

En 2017 se lanzó el billete de 1000 pesos, que aún sigue siendo el de mayor denominación en el país. En el momento de su primera emisión, tenía el valor equivalente a USD 51,87, ahora, con una serie renovada, su capacidad de compra se redujo a menos de USD 3,70 en los segmentos financieros y a poco más de USD 4, para el cupo mensual de compra de USD 200 para ahorro.

Con 1000$ hoy se compran sólo 4 dólares.
Con 1000$ hoy se compran sólo 4 dólares.

El billete de 1.000 pesos en la Argentina equivalen a menos de la mitad del poder de compra en dólares que el billete de mayor denominación tiene en Paraguay: aquí se compran 4 dólares, en el país vecino, 15. En Venezuela, equivale a USD 18; en Chile, USD 22; en Colombia, USD 23; en Brasil, USD 38 y en México, Uruguay y Perú superan los USD 50.

Inflación con Fernández: 166% en 30 meses

Aunque la moneda local viene perdiendo valor, la dinámica de erosión del peso no se desarrolló por completo. Ahora, se inició un proceso de atraso cambiario, con un dólar mayorista que evoluciona por debajo de la inflación, y un control de capitales que agranda la brecha con los dólares paralelos por encima del 100%, que reflejan el valor real que está dispuesto a convalidar el mercado.

Asimismo, los pasivos remunerados del Banco Central se expanden a una tasa de 50% en 2022, por encima de la inflación. Son más de $7 billones que la entidad absorbe a través de la colocación de Letras de Liquidez (Leliq), Pases pasivos y Nobac (Notas del Banco Central) absorbidos por el BCRA que consisten en una “promesa de pago” o liquidez futura que tendrá consecuencias inflacionarias “extra”. Esto significa que desde este punto de vista, el devaluado peso todavía está “caro”.

El de Alberto Fernández fue el que más inflación generó de los cinco últimos gobiernos.
El de Alberto Fernández fue el que más inflación generó de los cinco últimos gobiernos.

Un informe de Libertad y Progreso detectó que de los últimos cinco gobiernos el de Alberto Fernández es el que generó más inflación acumulada: 166% en 30 meses desde el inicio de la gestión.

Entre devaluar, desdoblar y reprimir, lo más probable es que el Gobierno opte por esto último, para evitar los costos sociales y políticos de una devaluación, y porque desdoblar tiene otras desventajas, como convalidar un dólar financiero que sirve como referencia para la formación de precios, al margen que actualmente ya hay un desdoblamiento de facto que no resuelve ningún problema. El gran inconveniente de reprimir más al mercado de cambios es que tiene sus costos en términos de brecha, y a la larga produce similar inflación y pérdida de actividad que la devaluación que se quiere evitar”, evaluó Roberto Geretto, analista de Fundcorp.