El equipo económico buscará en la licitación de deuda de mañana y la difusión de la tasa de inflación al día siguiente, dos resultados favorables que le permitan encarar el último tramo de 2022, sustentando un ansiado cambio de expectativas.
La subasta resulta trascendente, dado que en las dos últimas operaciones a la Secretaría de Finanzas le costó convencer a los inversores privados de renovar sus vencimientos en pesos.
Para lograr el objetivo, el secretario del área, Eduardo Setti, mantuvo una serie de encuentros con máximos referentes del sector bancario para ajustar los términos de la licitación.
Tras el anuncio del programa Ahora 10 para la venta de celulares que se realizó ayer en el 5° piso del Palacio de Hacienda, el titular de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), Claudio Cesareo, tomó el ascensor para reunirse con Setti.
El monto a refinanciar trepará a $ 405.638 millones y en su mayor parte está en manos del sector privado. Además, representan el 99% de los vencimientos en moneda local de diciembre.
Por eso es determinante que la oferta sea atractiva y cortar de cuajo la posibilidad de que “queden pesos sueltos” que luego presionen sobre la cotización de los dólares bursátiles.
Además, sería fundamental que Economía logre captar un excedente para financiar el déficit fiscal del mes sin tener que recurrir a emisión por parte del Central.
Despejar las dudas sobre el frente financiero en pesos es uno de los puntos clave para bajar la tensión en el mercado cambiario y reducir la brecha.
En tanto, el jueves el INDEC dará a conocer la inflación de noviembre y la expectativa es que se ubique por debajo de 6%. Si bien es un número muy alto y condicionante, en Economía destacan que si eso ocurre se comenzará a consolidar el cambio de tendencia luego del resultado de octubre.
En ese mes, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 6,3%, levemente por encima del 6,2% de septiembre.
Si bien la encuesta que realizó el Banco Central entre consultores reveló que aguardan un resultado levemente superior a 6%, en los últimos días surgieron reportes finales por debajo de ese porcentaje.
El primer dato oficial sobre la inflación del mes pasado lo entregó ayer la Ciudad de Buenos Aires, que reportó un salto de precios de 5,8%. En la estadística porteña, los alimentos tuvieron un incremento de 4,2%, reforzando la idea de un freno en la escalada de la comida. La suba más fuerte que impulsó al 5,8% se observó en servicios (12,5%) a partir de los ajustes de tarifas.
Por su parte, el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) informó que la inflación para los asalariados fue de 5,8% el mes pasado, desacelerándose 0,9 puntos respecto a octubre.
Reservas
Por el lado de la acumulación de reservas, fuentes oficiales confirmaron que el lunes ingresaron US$500 millones provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyo destino era el fortalecimiento de la posición de la autoridad monetaria, que de esta forma alcanzó a US$39.500 millones.
Por otro lado, el complejo sojero vendió en la víspera US$68 millones y en la operación final en el mercado de cambio, la entidad a cargo de Miguel Pesce, adquirió US$70 millones.
Mientras tanto, se aguarda la confirmación de la reunión del Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la cual se aprobará la tercera revisión y el giro inmediato de US$6.000 millones.
En medio de este contexto, la cotización del dólar cayó en todas sus versiones. El informal descendió $2 para ubicarse en $312, mientras que el Contado con Liquidación retrocedió a $332,16 y el MEP a $ 322,35.
Dudas sobre el blanqueo
En otro orden, se suman las voces que plantean dudas sobre el alcance del acuerdo para el intercambio de información tributaria con Estados Unidos y el blanqueo que impulsa el Gobierno.
En la síntesis del cuestionamiento se remarca que el convenio suscripto tiene limitaciones y que se busca instalar una sensación de amplitud y severidad para inducir a más contribuyentes a exteriorizar sus tenencias.
El tributarista Sebastián Domínguez alertó que aún “tienen que cumplirse varios pasos y ambos Estados deben reconocer que el otro cumple con todos los estándares para enviar la información”.
En ese sentido, subrayó que si “Argentina recibe la información en septiembre de 2023, la AFIP deberá procesarla, realizar cruzamiento de datos y detectar residentes argentinos que presumiblemente no han declarado sus cuentas. Luego, si esos argentinos no reconocen la información o no brindan los extractos, la AFIP debería solicitarlos a Estados Unidos a través del intercambio de información a requerimiento”.
En consecuencia, consideró que “esto implica que los eventuales ajustes fiscales y recaudación, que podría generar estar información, recién tendrían efectos durante el próximo Gobierno”.
Frente a este panorama, los expertos insisten en esperar “la letra chica” del régimen de información y del blanqueo porque hay demasiados cabos sueltos que habilitan múltiples interpretaciones.