Con un nivel de ventas cercano a los U$S 1.000 millones en las últimas tres jornadas, intervenciones en los mercados de futuros y el respaldo político de los Estados Unidos, el Gobierno nacional logró contener el precio del dólar y acercarse una semana más al punto de quiebre que, en su evaluación, será la elección legislativa del domingo 26 de octubre.
Tanto en la Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda se “tachó” un día más del calendario y ahora son 14 las jornadas hábiles (el viernes 10 de octubre es feriado) que lo separan del momento en el que confían, se produzca un cambio rotundo en las expectativas.
Durante la rueda del viernes, el Tesoro Nacional volvió a marcar “un techo de banda” dentro de la misma franja de flotación en un valor de $ 1.425 por dólar, precio que pudo defender a otro alto costo.
El miércoles fueron U$S 400 millones los entregados, el jueves unos U$S 200/250 y el viernes la cifra final estuvo cercana a los U$S 350 millones, según reportaron operadores de mercado. En algún momento se observaron algunas posturas privadas por debajo de los $ 1.425, pero finalmente la cotización mayorista terminó en ese valor.
Por su parte, el dólar oficial en la pizarra del Banco Nación, siguió clavado en $ 1.400/ 1.450. Esto hizo que el precio para los minoristas también se mantuviera estable en $ 1.410/1.460. Por su parte, el “blue” retrocedió a $ 1.420/1.440.
En tanto, los dólares financieros terminaron con leves bajas. El MEP en $ 1.499 y el Contado con Liquidación en $ 1.531. Así, las brechas se redujeron a 3,5% y 5,5%, respectivamente.
Las reservas subieron U$S 467 millones a U$S 42.698 millones.
Por otro lado, el Banco Central le canjeó una serie de títulos al Tesoro Nacional para de esta forma intervenir ofreciendo un bono atado a la evolución del dólar y así influir en las cotizaciones de futuro. Se estima que el poder de fuego del BCRA aumentó en unos U$S 7.000 millones. Así logró una cierta baja en toda la curva. A fin de octubre el precio quedó en $ 1.452.
En lo que respecta al mercado accionario, tanto el MERVAL como los ADRs en Nueva York operaron con resultados mixtos.
Este escenario le permitió al ministro de Economía, Luis Caputo, y su equipo subirse al avión hacia Washington en la noche de este viernes con un cierto alivio, más no sin premura.
Es que “la tranquilidad comparada” esta semana resultó carísima porque fue necesario sacrificar casi la mitad de los U$S 2.200 millones que le compró a las cerealeras.
Caputo viajó acompañado del viceministro, José Luis Daza, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
La agenda de reuniones no fue revelada y tampoco se sabe a ciencia cierta si las actividades comenzarán este fin de semana. Si bien es verdad que en este tipo de negociaciones una filtración puede hacerla detonar, la intención es jugar con el factor sorpresa al comunicar el paquete se que se acuerde.
De allí que el Gobierno se curó en salud y el vocero presidencial, Manuel Adorni avisó: “Vamos a hacer los anuncios cuando esté todo listo” y “nada de lo que digan los medios como trascendidos tiene valor”.
Apareció una señal
Ya cerca del final de la rueda, una declaración de la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, mejoró el ánimo del mercado y del gobierno.
La funcionaria reveló que habló con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent sobre la situación de Argentina.
“Excelente conversación con Scott Bessent sobre la coordinación del apoyo a las reformas integrales de Argentina. Conversamos sobre los amplios planes de asistencia financiera de EE. UU., incluyendo el uso de las tenencias estadounidenses de DEG. Espero con interés las conversaciones con las autoridades argentinas en los próximos días”, señaló Georgieva.
Este encuentro permite pensar que las conversaciones están muy avanzadas y aumentan las expectativas de que durante el fin de semana se concrete algún anuncio. Las señales empujaron una mejora de hasta 5% en los bonos globales, con un descenso del Riesgo País a la zona de 1.165 puntos.
El punto clave de la declaración de Georgieva es “el uso de tenencias estadounidenses de DEG”. El DEG es la moneda del FMI y esto le permitiría al gobierno de Donald Trump materializar parte de la ayuda bloqueando la crítica por el uso de fondos públicos.
La expectativa de los inversores es conocer puntualmente cuál será el programa que implementará Argentina para recomponer reservas.
En ese sentido, un informe de la consultora LCG indicó que el adelantamiento de las liquidaciones del agro provocara que el ingreso de dólares en el último trimestre caiga a U$S 300 y U$S 1.000 millones, lejos de los U$S 1.500 millones en promedio que el sector venía aportando habitualmente en este período.