En vísperas del Mundial de Qatar 2022, llueven las historias sobre las ediciones anteriores y todas sus curiosidades. Una de ellas tiene que ver con el trofeo Jules Rimet, el primero que se entregaba al campeón del certamen.
Entre los Mundiales de 1930 y 1970 era la Copa que recibía el campeón. Además, quien lo ganara tres veces, podía quedárselo. El único en lograrlo fue Brasil tras coronarse en 1958, 1962 y 1970.
Fue diseñada por Abel Laffleur y representaba a Niké (diosa de la victoria). Medía 30 centímetros y tenía una base de piedra lapislázuli. Esta última parte estuvo extraviada (o eso se creía) desde hace 60 años.
Es que hoy esta base se exhibe en el Museo de la FIFA, ubicado en Zúrich (Suiza) junto con una réplica del trofeo, ya que el original fue sustraído de la Federación Brasileña de Fútbol en 1983.
Además, se reveló que en todos estos años quedó en la casa madre del fútbol debido a que en la previa del Mundial de Suecia 1958 hubo un cambio en la base, haciendo creer que era la original. Esto se dio porque Alemania Occidental fue campeón en Suiza 1954 pero se dieron cuenta que no había lugar para poner su chapa de campeones.
En 1966 fue robada por primera vez en Londres, poco antes de que se inicie el Mundial de Inglaterra. Scotland Yard montó un impactante operativo y un perro llamado Pickles logró encontrarla entre unos arbustos.
Tras la tercera coronación de la Selección de Brasil con Pelé como protagonista en México 1970, la Federación se quedó con el trofeo por haberlo logrado por tercera vez. De esta manera, surgió el actual diseño del trofeo pero sin aquella regla de que pueda retenerlo quien lo levante tres veces.
Pero ¿Qué pasó con el original? Fue robada de la Federación Brasileña en diciembre de 1983 y habría sido cortada en pedazos y luego fundida por el joyero argentino Juan Carlos Hernández, quien fue declarado culpable en 1984. Otras versiones especulan que entró en el tráfico de arte y nunca será recuperada.