Violencia policial en Córdoba: elevan a juicio la causa por el asesinato de Joaquín Paredes

La Justicia de Cruz del Eje indagará a cinco agentes y un sargento de la Policía de Córdoba. El crimen ocurrió en la comuna de Paso Viejo, en octubre de 2020.

Al igual que a Blas Correas y a otras tantas personas, a Joaquín Paredes lo mataron oficiales de la Policía de Córdoba (La Voz).
Al igual que a Blas Correas y a otras tantas personas, a Joaquín Paredes lo mataron oficiales de la Policía de Córdoba (La Voz).

A un año y medio del crimen de Joaquín Paredes (15), que fue asesinado por un miembro de la Policía de Córdoba, elevan la causa a juicio e indagarán a seis uniformados. Así lo solicitó en las últimas horas la Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Cruz del Eje, ya que el hecho ocurrió en la comuna de Paso Viejo.

De esta forma, los agentes Ricardo Alvarado, Maikel Mercedes López, Iván Alexis Luna, Ronald Fernández Aliendro y el sargento Jorge Luis Gómez se sentarán en el banquillo y serán indagados. En esa instancia, deberán responder como presuntos coautores responsables del delito de homicidio calificado, por haber sido cometido en abuso de su función, por un miembro de las fuerzas policiales, en concurso ideal con el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

Por su parte, el subcomisario Daniel Alberto Sosa Gallardo, deberá responder como supuesto autor del delito de amenazas calificadas por el uso de arma de fuego.

Cómo fue el caso de gatillo fácil en Paso Viejo

El asesinato ocurrió en la madrugada del 25 de octubre de 2020, cuando un grupo de adolescentes, entre los que estaba Joaquín Paredes, pasaba por la plaza de Paso Viejo, donde la Policía abrió fuego contra otros jóvenes solo porque estaban violando las restricciones por la pandemia de Covid-19. En medio de su intento de escape, Joaquín recibió un balazo por la espalda que le robó el último aliento de vida.

En tanto, al menos otros dos menores de edad resultaron heridos por la balacera desatada por los uniformados contra personas que ni siquiera estaban armadas. Los resultados de los peritajes balísticos señalaron más tarde que los proyectiles que acabaron con la vida del adolescente de 15 años e hirieron a un amigo en el brazo salieron de una pistola reglamentaria Bersa Thunder, perteneciente al oficial Maykel Mercedes López.