Este martes al mediodía, se conoció la condena a un exjugador de Talleres y actual integrante del club Peñarol de Uruguay. El hombre fue juzgado en el Tribunal Criminal V de La Plata, donde se dictaminó que deberá cumplir una pena de seis años y ocho meses de prisión efectiva por el delito de abuso sexual.
Un exjugador de Talleres fue condenado por abuso sexual
Se trata de Diego García, quien al momento de conocer la sentencia, se desmayó y fue trasladado a un centro médico con custodia policial. Aunque fue hallado culpable, cumplirá reclusión domiciliaria con uso de tobillera electrónica.
El juez Ezequiel Medrano no le concedió el beneficio de permanecer libre hasta que la Cámara de Casación confirmara la sanción, una figura conocida como “doble conforme”. Este beneficio había sido la expectativa del exjugador, quien se basaba en precedentes judiciales como el caso de Alexis Zárate.

No obstante, el magistrado decidió moderar la sanción al establecer la detención en su hogar en lugar de enviarlo a una penitenciaría. La defensa del condenado, liderada por su representante legal, Diego Bandín, ya anunció que solicitará la apelación del veredicto y la prisión ante Casación, mientras busca la libertad del recluso a la espera de una decisión.
Cuándo y cómo fue el ataque del exjugador
Los sucesos por los cuales se determinó la culpabilidad del futbolista ocurrieron el 24 de febrero de 2021. La víctima era una jugadora de hockey que pertenecía al equipo Estudiantes de La Plata, quien había asistido con amistades a una fiesta organizada por el plantel en una casa en Abasto, en las afueras de la capital bonaerense.
García siguió a la joven cuando ella se dirigió hacia un baño, donde ingresó para atacarla. La damnificada presentó la denuncia de forma inmediata a la Policía y luego ante los Tribunales. El fiscal Lucas Domsky logró probar el caso no solo con el testimonio de la mujer, sino con llamadas telefónicas realizadas a dos amistades casi instantáneamente, un chat posterior con otro integrante del plantel, y fotografías que mostraban lesiones en su rostro asociadas a la agresión. Inicialmente, el fiscal había solicitado una pena de ocho años, mientras que la querella pedía 10 años de cárcel.
Durante los tres años que duró el proceso judicial, García continuó libre y ejerció su profesión, pasando por Patronato de Paraná, Ecuador y, hasta recientemente, Peñarol de Uruguay. Su carrera profesional se vio impactada de inmediato por la condena. Su relación contractual con la institución uruguaya quedó rescindida inmediatamente, ya que el club había incluido una cláusula contractual sujeta a la decisión de la Justicia argentina.


































