Desde el miércoles por la noche, los hinchas de Talleres no paran de festejar, por la final ganada a River por penales, para levantar la Supercopa Internacional y sumar otra estrella al escudo del club de barrio Jardín.
Con ese ánimo poblaron las platea Gasparini y parte de la cabecera Willington en el festejo de los campeones en el Kempes, con el plantel, cuerpo técnico y la dirigencia que comanda Andrés Fassi a pleno.
Como era de suponer, Gastón Benavídez, quien ejecutó el penal de la victoria y la gloria, fue de los más aplaudidos. Al igual que Guido Herrera, arquero, capitán y símbolo de Talleres. Aclamación para ambos, y cánticos coreando sus nombres.
Mientras desfilaban por el túnel formado por juveniles de las Divisiones Inferiores, chicos y chicas, se fueron sucediendo las ovaciones. La más estruendosa, para el “Sicario” Juan Carlos Portillo. Un luchador de todo el campo.
Pero en Talleres, con hinchas de paladar negro, no podía faltar el reconocimiento para dos cracks: Rubén Botta y Emanuel “Bebelo” Reynoso. Y se suma a esta lista Nahuel Bustos, ídolo que se mantiene arriba en el cariño de la gente.
También fueron muy aplaudidos los delanteros, Federico Girotti y Cristian Tarragona, pese a tener el arco cerrado. Y se llevaron ovaciones los extranjeros: el brasileño Rick, con apenas u puñado de partidos; el venezolano Miguel Navarro, el paraguayo Matías Galarza, y el colombiano Juan Camilo Portilla.
APLAUSOS PARA LOS QUE NO JUGARON
Andrés Fassi, de los primeros en ingresar al campo de juego, bajo una salva de aplausos. También hubo un recibimiento especial para el “Cacique” Alexander Medina, el otro “padre de la criatura”. Y para Pablo el “Cholo” Guiñazú, manager del club y quien dejó un recuerdo indeleble en los hinchas Albiazules.
Además hubo aplausos de reconocimiento a Matías Galarza, el volante que llegó como refuerzo y transita la recuperación de una fractura en el pie. Y para Matías Catalán, el “Cata”, quien entró en la fase final del post operatorio de la rodilla, y se ganó el cariño de la gente.