Seis policías de Córdoba fueron juzgados por matar a un ladrón y plantar un arma en la escena del crimen

El hecho ocurrió en 2020, en barrio Urca. Los uniformados lo mataron de un balazo a la altura de la nuca.

Seis policías de Córdoba fueron juzgados por matar a un ladrón y plantar un arma en la escena del crimen
Violento episodio. El hombre fue abordado cuando sacó la EcoSport. Sucedió el viernes a la madrugada en barrio Urca. (Pedro Castillo/Archivo)

Este jueves finalizó el juicio sobre los siete policías cordobeses que mataron a un delincuente y plantaron un arma en la escena del crimen. Los uniformados encubrieron el hecho pero tras una investigación, seis de ellos recibieron condena.

El hecho ocurrió en 2020, en barrio Urca, cuando Isaías Luna, de 21 años, entró a robar junto a dos cómplices a una vivienda de Julio Borda al 1200. Las personas que se encontraban en la casa, llamaron al 101. Cuando los policías llegaron al lugar, el joven fue abatido de un tiro en la nunca, mientras que sus compañeros lograron escapar.

El sargento Ariel Esteban Adavid fue quien disparó contra Luna. En su momento, el efectivo declaró que cuando llegó le dio la voz de alto al fallecido y que éste le apuntó de frente.

Cómo son las penas de los acusados

  • El autor del disparo, sargento ayudante Ariel Esteban Adavid: un año y seis meses,
  • Suboficial principal Pedro Manuel Benka: dos años y seis meses
  • Oficial inspector Jonathan David Tabares: tres años;
  • Sargento Adrián Aníbal Carranza: tres años;
  • Oficial principal Sebastián Raúl del Valle Colella: tres años;
  • Comisario Fernando José Navarro: tres años.

Todos ellos afrontaron cargos por encubrimiento agravado y falso testimonio. Solo uno de los agentes imputados, el cabo primero Jorge Raúl Aguirre, fue absuelto en el juicio.

Se lleva adelante una investigación en el lugar de los hechos.
Se lleva adelante una investigación en el lugar de los hechos.

La investigación judicial

Según informó, en ese momento, el periodista Juan Federico en Cadena 3, el fiscal Juan Pablo Klinger concluyó que ninguno de los asaltantes estaba armado; por lo que la pistola hallada junto al cuerpo del fallecido fue plantada por los uniformados.

En la acusación, Klinger reveló que Tabares -quien tiene otras dos causas penales por casos similares- pidió mover un móvil con cámaras que filmaba hacia la casa. La orden la impartió justo cuando el sargento Carranza ingresó al lugar con el arma que apareció junto al cuerpo del muerto.