Finalizado el sueño de Copa Libertadores, que era su gran sostén, Pedro Caixinha abre los ojos en una Liga Profesional en la que Talleres ocupa los últimos puestos y no despega. Torneo en el que Andrés Fassi replanteó terminar entre los siete o ocho primeros, y están lejos de ese objetivo.
La derrota con Estudiantes en La Plata frenó un remontada que insinuó el equipo en las últimas fechas del torneo doméstico, con victorias como local ante Banfield y Argentinos Juniors, y empate frente a San Lorenzo. Volvió a perder, aparece 24° entre 28 clubes, y está penúltimo en la tabla anual, la que clasifica a las copas internacionales, en la que Atlético Tucumán (el último del los que clasifica), le lleva 16 puntos.
“Hay que ganar el próximo juego”, asumió Caixinha post partido en la Plata, y en alusión a que es semana corta, porque Talleres se medirá este jueves con un ascendente Patronato (séptimo tras vencer a San Lorenzo), a las 19 en el Kempes. Como estableciendo plazos, en una campaña doméstica que lejos está de lo proyectado.
La pobre campaña
Por el torneo local, Pedro Caixinha dirigió a Talleres en 19 partidos, de los cuales ganó cinco, empató tres y perdió 11. Obtuvo 18 de los 57 puntos disponibles, apenas un 31,56 por ciento de efectividad. No ganó en condición de visitante, con 13 partidos sin victorias en esa condición: nueve derrotas y cuatro empates. Sólo cuatro puntos de 39 posibles, 10,2% de efectividad.
Además de la pobreza de los números, a Caixinha le endilgan que no encontró funcionamiento en el equipo, con dos partidos en los que “no pateó al arco”: la eliminación ante Vélez y derrota con Estudiantes.
También que no supo cerrar resultados, como lo que terminó siendo empate con San Lorenzo sobre la hora, la derrota con Vélez en Liniers en la parte final y tras remontar un 0-2, y la caída en La Plata en tiempo de descuento.
Y que el mensaje no llega del todo al plantel, porque además hay cuestionamientos por los reiterados reemplazos a Rodrigo Garro del equipo, siendo de los más lúcidos en la formación; y la ausencia en cancha de Favio Álvarez, un refuerzo de chapa de los que llegaron.
El DT portugués tiene contrato y Fassi es de respetarlos. Pero seguramente pesarán fuertes los objetivos que logre o no en Liga Profesional, y en Copa Argentina, para asegurar su continuidad.