La salida de Caruso y su cuerpo técnico, el principio del final para Belgrano

El DT tramitó un amparo para estar en la última fecha. La dirigencia dio un golpe de timón, pero el Celeste quedó eliminado.

La salida de Caruso y su cuerpo técnico, el principio del final para Belgrano
Desolación en Alberdi. Belgrano, afuera de la pelea por el ascenso. Caruso quería estar.

En rojo. Como la camiseta alternativa que estrenó. Belgrano quedó en deuda en la temporada, porque el 2-2 con Alvarado lo dejó sin chances de avanzar en la Primera Nacional por el segundo ascenso. Difícil de digerir para todos en el ámbito Celeste, también para Ricardo Caruso Lombardi, quien batalló hasta el final para que la ilusión no se desvaneciera.

Es que el técnico, quien había presentado la renuncia antes del partido en San Juan, quería volver a ponerse al frente del equipo y el pasado lunes pasado tramitó con sus abogados el amparo para entrar a la cancha y dirigir ante Alvarado en el choque decisivo por la clasificación. Después, el jueves, saldría la sanción en firme de tres fechas por la expulsión en Barracas, ya cumplidas.

En todo caso, que lo hicieran sus colaboradores, Juan Chumba y Carlos Orsi, quienes trabajaron con el plantel en toda la cuarentena y condujeron desde el banco en las últimas tres fechas en las que, más allá de no jugar en un alto nivel, embolsaron siete de los nueve puntos en juego para sostenerse en pie hasta el final, con chances concretas.

Sin embargo, Jorge Franceschi le anunció ese mismo lunes que no seguirían dirigiendo y que el nuevo técnico era Esteban Teté González. La insistencia de Caruso no dio resultado. “Ya publicamos que aceptamos tu renuncia, y no sería serio volver atrás, argumentó. Y el actual presidente, a días de completar un mandato signado por los desatinos en la faz deportiva, se equivocó otra vez.

Cambiar de caballo a mitad del río siempre es riesgoso. Un dicho muy aplicado en el fútbol, materia en la que Franceschi no es avezado ni mucho menos. Y aunque el resto de la cúpula prefería que siguiera Caruso hasta el final, se la jugó por Teté. Porque, tal vez cediendo a las presiones de AFA y de un afectado Claudio Tapia, eligió sacar de escena a un Caruso que le puso el cuerpo a la pelea, ante la inacción del club en un torneo manchado por las suspicacias, desde el sorteo mismo.

A la luz de los resultados una movida inexplicable. E improcedente. Un error tan caro que le cuesta a Belgrano transitar una temporada más en la Primera Nacional, cuando la necesidad y urgencia al consumarse el descenso en 2019, era volver lo más rápido posible.

En el fútbol nadie ofrece certezas. Pero el ciclo de Caruso y su cuerpo técnico ofrecía respuestas. A la postre perdió un solo partido, el escandaloso cotejo con Barracas Central, ordenó al equipo, lo solidificó incluso la con la promoción de juveniles, que se revalorizaron. Sin olvidar que Caruso es un viejo zorro en este tipo de definiciones. La lógica indicaba que se quedara para el partido con Alvarado. No lo entendió Fraceschi y todos en Alberdi están rumiando la frustración de una posibilidad de ascenso que se diluyó entre las manos.