El final bochornoso de aquel Talleres-Boca por Copa Argentina y la pelea entre Andrés Fassi y Andrés Merlos, sacudió las estructuras del arbitraje y de la misma AFA. Con lo que los árbitros están en el ojo de la tormenta. ¿Y cómo lo asumen? Así lo toma uno de los más experimetados, Jorge Baliño.
“La situación es lamentable, por parte de los dos lados y cualquiera de los protagonistas. Una situación fea para nuestro fútbol. Uno entiende cuando un dirigente o un hincha defiende los colores, pero hay que ser racional. La manera no era la indicada de acercarse a la zona del vestuario del árbitro, que viene con las pulsaciones altas por un partido que era eliminatorio. Y el árbitro debe mantener la compostura y no entrar en esa vorágine”, opinó Baliño en una entrevista en De la cancha al living, programa que se emite por canal Showsport.
“Me ha tocado pasar por situaciones similares, con algún dirigente reclamando. Trato de manejarme con respeto porque cuando uno grita, del otro lado hay gritos también. No digo que siempre lo convencés o lo dejás satisfecho, pero es la forma de mantener un diálogo. Por lo demás, no juzgo a nadie”, añadió.
Consultado en cómo lo afectó aquella frase de Fassi, de que hay “cuatro o cinco árbitros serviles”, Baliño expresó: “Que se ponga el saco al que le quepa. No me siento de esa manera, dirigo hace 18 años y no me considero servil con nadie. Con errores y aciertos, desarrollé mi carrera con honestidad”.
ARBITRAR A TALLERES, CONDICIONA
Con el revuelo en torno al reclamo de Talleres y al conflicto con AFA, los arbitrajes están más bajo la lupa que nunca. A Baliño le tocó dirigir en el partido con Tigre en el Kempes, con expulsión a Alexander Medina sobre el final, y no sintió condicionamientos.
“Al salir del estadio me cruce con el que Cacique y me dio un abrazo, lo conozco hace mucho. También con el Cholo Guiñazú... Lo expulsé porque era lo que correspondía por reglamento”, avaló.