La situación está fuera de control y hasta el Centro histórico de la ciudad de Córdoba es tierra liberada para los delincuentes que amenazan y roban a chicos de las escuelas primarias y secundarias, episodios que han motivado la creación de un sistema de “alarmas” ideado por los padres de los alumnos.
Ocurre en la zona que tiene como principal referencia al Colegio Nacional de Monserrat, por las calles Duarte Quirós y Obispo Trejo, donde también hay establecimientos de la Universidad Católica y de la Universidad Nacional de Córdoba, en un área donde ahora se aprecian carteles que llaman a ser solidarios y atender a los más chicos.
“Si escuchás sonar una alarma es porque hay un niño en peligro y necesita auxilio inmediato”, reza uno de los letreros que los angustiados padres han pegado en postes y muros de esas calles que han marcado por siglos el perfil estudiantil de la ciudad, con la alegría de los niños y la bohemia de los universitarios.
Hoy, como una postal de una Córdoba en decadencia, los malvivientes han roto todos los códigos mínimos de convivencia y exhiben una degradación moral que no parece tener límites, mientras los sufridos cordobeses están entregados a la suerte.
Desde las calles, el periodista cordobés Javier Sassi es quién se ha detenido en su recorrida cotidiana y con ojo de buen observador ha recogido esta historia, para compartirla a través de Twitter, contando que además de los carteles, los padres han recurrido a unos dispositivos de alarma para que los chicos tengan algo para defenderse.