Delma Cresimbeni es de la localidad cordobesa de Marcos Juárez, tiene 88 años y fue la creadora de “Radio Espinillos”, la primera radio de esa ciudad. Hace unos días, se volvió viral tras un emocionante posteo de su nieto, que mostraba a ella y a niños en el estudio radial.
“Ella es mi abuela, en su radio, donde entrevista a sus nietos y bisnietos cuando visitan”, escribió Manu en una publicación que provocó el amor y apoyo de miles de usuarios. Pero la historia de Delma va mucho más allá e involucra una vida de vocación, pasión y entrega social.
Una radio desde cero
En 1981, Delma decidió crear la primera radio de Marcos Juárez, Radio Espinillos; una emisora que comenzó en circuito cerrado y luego, desembarcó en el mundo de la FM, donde –actualmente- se extienda hasta un radio de 75 km.
“La idea surgió porque no había radio en Marcos Juárez, que ya era una gran ciudad. Solo había propaladora en la plaza, pero no todos tenían la posibilidad de ir. Entonces, empezamos a trabajar en circuito cerrado, y logramos que la gente se acostumbre y nos siga. Incluso, algunos nos decían que éramos su despertador”, contó Delma a Vía Córdoba.
Y recordó: “Después llegó la FM que nos permitió llegar a más casas. Pero, por mucho tiempo fuimos los únicos, por eso estuvieron acá muchas figuras políticas, artísticas; presidentes, gobernadores”.
Oficiando de locutora y vendedora de publicidad, la mujer encara diferentes programas de interés general que cuentan con la participación regular de profesionales y personalidades de la actualidad. Mientras que, la grilla suma la labor de su pareja con programas folclóricos y políticos.
El 18 de julio de este año cumplieron 41 años de radio, a lo que de Delma expresó: “Gracias a dios pude estar siempre presente. Nuestro slogan es Radio Espinillos, la primera que escuchó Marcos Juárez”.
Los niños al micrófono
Delma es madre de seis, tiene 14 nietos y ocho bisnietos; y la mayoría vive en la ciudad de Rosario. Cuando los más chicos pueden viajar a visitarla, no pierden oportunidad de visitar el estudio de radio y asumir los roles de columnistas.
“Cuando vienen mis nietos siempre les gusta pasar por la radio y hablar por micrófono. Entonces, yo les pregunto de diferentes temas y ellos se enloquecen. Además, saben mucho porque están siempre leyendo el celular”, manifestó la marcojuarense.
Sentados en una mesa redonda, Delma y sus nietos intercambian opiniones, mientras sus oyentes disfrutan de una trasmisión diferente. “Tenemos una buena amistad los nietos y la abuela. Siempre cuando vienen hacemos un espacio para ellos, para que puedan explayarse”, completó.
Delma confiesa que esos momentos son de los que más disfruta al aire y extendió su deseo de que alguno de ellos continúe su camino: “Me gustaría muchísimo que algún bisnieto hiciera un programa de radio. Me impresiona el vocabulario tan surtido que tiene, que saben lo que dicen. Por eso me encanta que vayan”.
Pensando en el otro
Delma no solo se destaca por su vocación radial y el amor a su familia, sino que en su vida también ha sido la impulsora de dos instituciones más la Guardería Hijitus y la Comisaría de la Mujer.
La guardería nació en la década del ‘70, a raíz de las necesidades en la zona. “Yo era colaboradora de Caritas Marcos Juárez y conocí lo que es la pobreza, entonces pensé en cómo ayudar a esas madres y formé una comisión para llevarla a cabo”, contó.
En el lugar, los niños y niñas desayunaban, almorzaban y merendaban, eran atendidos y educados por docentes locales. En una Navidad, un señor los sorprendió donando una casa para que Hijitus pueda continuar y adquirir mayores comodidades.
En esos años y cuando la violencia de género no era considerada como tal y solo se trataba de una cuestión de familia, Delma fue la impulsora de la Comisaría de la Mujer, un lugar con psicólogas, psiquiatra y médicas que se encargaban de apoyar y contener a las mujeres que sufrían violencia doméstica.
Actualmente, sigue en pie la Guardería Hijitus, un lugar con 51 años, que alberga a 150 niños y a docentes que asisten a los menores con comida y educación. “A la guardería vienen chicos de todas clases sociales y ninguno paga nada”, destacó.
De esta manera y con un aporte social tan extenso, Delma celebra y agradece por su vocación, su familia y la posibilidad que tuvo de aportar a la sociedad. “No puedo pedirle más a la vida”, calificó respecto a todos los logros obtenidos en sus 88 años.
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