Una situación insólita ocurrió este jueves en barrio Nueva Córdoba, cuando un conductor pensó que le habían robado el auto. Si bien el vehículo se había movido, no fue por obra de los ladrones sino porque el dueño no le había colocado el freno de mano.
Según detalló La Voz, el vehículo estaba estacionado pero, en un momento, cruzó la calle, se subió a la vereda e incrustó contra un local. El auto se movió 30 metros sin conductor al volante. “De la nada se me vino un auto encima. Hizo marcha atrás e impactó contra el edificio”, aseguró un comerciante.
Cuando el dueño regresó a las calles Independencia y Rondeau, donde había dejado el vehículo, empezó a gritar que le habían robado su vehículo. Al percatarse de que era su auto que el se había estampado contra el edificio, fue corriendo pidiendo disculpas.
“Estoy seguro que lo dejé con freno de mano, no sé qué pasó”, aseguró el dueño del vehículo. Afortunadamente, no se produjo ningún siniestro vial y sólo se registraron daños materiales en un auto que estaba estacionado en el lugar.