Con el intendente Daniel Passerini a cargo de la inaguración, este viernes se habilitaron las dos cuadras de Maipú hasta el río y la arteria, una de las principales del centro de Córdoba, ya cuenta con el perfil de bulevar. De todos modos, faltan realizar trabajos sobre el cantero divisor, con lo que la obra recién se completará en 2025, tras iniciarse hace 71 años.
De esta manera volverá a quedar habilitado al tránsito en el sector, que estaba cerrado desde julio para que pudieran avanzar los trabajos de construcción de la nueva carpeta asfáltica. También se ejecutaron los bordes del cantero central, las punteras de accesibilidad, bocacalles y forestación de las veredas laterales y el bulevar.
Además se marcaron los cordones y el acceso peatonal para dar accesibilidad a los cuatro carriles. El proyecto incorpora un cantero central con ciclovía que facilita el desplazamiento de ciclistas y peatones, y que conecta con el sistema de transporte de la ciudad.
Para convertir Maipú en un corredor de calidad y estética que vincule el Centro con Nueva Córdoba, el parque Sarmiento y el río, para generar un espacio de mayor integración y accesibilidad.
LA HISTORIA DEL ENSANCHE DE MAIPÚ
La primera intervención en avenida Maipú data de 1953 –en la intendencia de Manuel Federico–, pero no fue hasta 2019, durante la gestión de Ramón Mestre, cuando se logró avanzar con el ensanche de la cuadra final hacia la Costanera.
El proyecto de ensanchamiento actual se consolidó en febrero de 2023 con las primeras demoliciones, en un proceso que involucró también a la gestión del exintendente y actual gobernador, Martín Llaryora, quien dio impulso a esta última fase de la obra.
La etapa reciente del ensanche se inició cuando la Municipalidad avanzó en las expropiaciones necesarias entre las calles Sarmiento y Libertad. Este tramo, más angosto que el resto de la avenida, había quedado como un remanente de los ensanches parciales realizados en décadas anteriores.
LA NEGOCIACIÓN CON LOS FRENTISTAS
En una primera instancia, el municipio ofreció a los propietarios la posibilidad de formar un consorcio para construir en altura y recuperar metros en sus edificios a cambio de ceder espacio al frente, pero no prosperó. Esto llevó a que se negociara con cada uno de los propietarios de los 23 lotes afectados.
El ensanche requirió la demolición de 10 metros de los frentes de las propiedades en esta área. Tareas de alta complejidad puesto que en algunos casos se alcanzaron acuerdos sin mayores inconvenientes mientras que en otros fue necesario iniciar juicios de expropiación.