“No me apuré en irme de Belgrano, era el tiempo para retirarme. Es muy difícil el después... El jugador no está preparado para el después. Me cuesta ir a la cancha, no he podido volver”. La reflexión de Diego Novaretti, a un año de su despedida del fútbol, en el Gigante de Alberdi, y como él quería.
“Mis hijos me dicen, me reclaman “nos hicimos socios, nos compraste las camisetsa, pero no nos llevas nunca a la cancha. Y les respondo que soy muy hincha, que todavía me siento parte y me cuesta. El año que viene vamos a ir a la cancha de Belgrano y gritaremos como en casa”, explicó el exmarcador central en diálogo con Tercer Tiempo, por Radio Sucesos.
“Mi despedida fue soñada, lo planificado. Lo visualicé y se dio como se tenía que dar, sin ninguna coma ni punto de más... Quería que fuera de esa manera. Por eso estaba tranquilo conmigo mismo”, añadió Novaretti, quien cerró el círculo después de haberse ido del club diez años antes, en medio de una polémica con el entonces presidente Armando Pérez.
LO QUE VIENE PARA NOVARETTI, Y PARA BELGRANO
“No se qué voy a hacer con mi futuro. Yo dije que voy a estar para Belgrano para lo que me necesite, si me necesita, y no voy a forzar las cosas. Un día fui al predio y no me dejaron entrar porque me dijeron que ya no era parte. Entiendo las situaciones también. De lo que estoy seguro es que técnico no voy a ser”, expresó Novaretti.
“Ojalá Belgrano agarre una rachita más positiva en el final del torneo”, se ilusionó sobre la marcha del equipo de Juan Cruz Real. “La gente de Belgrano es feliz con ganar, con que te tires al piso, con la entrega. Con los utileros hablábamos que hay algo mítico que no se puede negociar, que es no rendirse. Y eso la gente juzga, te piden que te mates por el escudo. Yo no era un gran jugador pero siempre trataba de dejar todo”, añadió.
LOS DEFENSORES EN BELGRANO Y CONVIVIR CON EL ERROR
“No es casualidad que salgan tan buenos defensores en Belgrano. Es producto del trabajo y la preparación en las Inferiores. Y saber que es un aprendisaje. Si en tus primeros partidos le dejás corta la pelota al arquero no es un error, es aprender. Ahora, si lo volvés a hacer y lo repetís ahí sí es un error, porque significa que no aprendiste la lección”, puntualizó Novaretti.
“De esta última camada con el que más conviví fue con Nico Meriano. A Matías Moreno también lo tuve de compañero, y me nació mandarle un mensaje cuando lo veía tan ansioso por irse a Europa, pero entendía que debía estar abrumado. Cuando llegó a la Fiorentina ahí si le escribí. Y al Nano Troilo siento que también hay que apoyarlo porque la debe estar pasando mal. Yo le diría que no pierda la confianza en sus condiciones”, detalló.
Y en ese sentido, agregó: “El mejor partido que jugué en mi vida fue en mi debut con la camiseta de Belgrano, contra un Defensa y Justicia que venía bien. Recuerdo que Jorge Guyón me dijo, ‘che cu... la tirás a la Cervecería eh’. Y yo paré de pecho la primera que me tiraron y la gente aplaudió. No recuerdo haber jugado con tanta tranquilidad como ese día”.