La subrogación de vientres, o gestación por sustitución, es una práctica no legislada en Argentina que se realiza bajo el principio de que “todo lo que no está prohibido está permitido”. Un caso en Córdoba reavivó la discusión sobre los vacíos legales y las tensiones éticas en torno a esta práctica.
ALQUILÓ UN VIENTRE Y NO SE HIZO CARGO DEL BEBÉ
En noviembre de 2024, en un sanatorio privado de barrio Cerro de Las Rosas, nació un bebé prematuro cuya historia reveló las complejidades de la subrogación en Argentina. La mujer que dio a luz explicó al equipo médico que ella era la gestante y que la madre era una ciudadana francesa que la había contratado a través de una agencia de Buenos Aires, y quien nunca apareció.
En principio, el parto iba a ser en una clínica de Buenos Aires con un obstetra ya contratado para tal fin. Sin embargo, el bebé nació dos meses antes en Córdoba. Tras el alta de la mujer cordobesa, el bebé quedó internado durante dos meses en neonatología de la clínica.
Ante lo sucedido, las autoridades médicas se comunicaron con SeNAF, por lo que el pequeño pasó a estar al resguardo de una familia de acogimiento hasta que se decrete su adoptabilidad.
El fiscal federal Enrique Senestrari investiga el caso del bebé abandonado por presunta trata de personas y falsedades ideológicas. Se sospecha que la gestante subrogó su vientre por motivos económicos, contradiciendo la declaración de un fin altruista. Senestrari también investiga a dos clínicas cordobesas por presunta trata de personas en casos de maternidad subrogada, con 14 mujeres “captadas”.