El Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto y la residencia franciscana de San Antonio de Arredondo (sur de Punilla) fueron allanados en el marco de una causa por distribución de imágenes de abuso sexual infantil. Los operativos se desarrollaron el pasado 24 de noviembre, según precisa La Voz, y por la investigación, hay un ex seminarista detenido.
El procedimiento en las instituciones religiosas dio resultados negativos, ya que no se encontró material ilegal. Sin embargo, el allanamiento realizado en la vivienda de un exseminarista que hasta meses atrás estuvo en esas dos sedes religiosas, habría dado positivo provocando la detención de este hombre.
Este último operativo se dio en una vivienda de calle Zaldarriaga al 100 de barrio Maldonado, de la capital provincial, donde fue detenido Jonatan Mansilla, de 23 años. Allí se secuestraron diversos dispositivos electrónicos, entre celulares y computadoras. El fiscal de la causa imputó al joven por “distribución de imágenes de abuso sexual infantil agravada por la participación de (niños) menores de 13 años”.
La palabra del Arzobispado
Un vocero del Arzobispado de Córdoba confirmó los allanamientos, pero aclaró que el joven detenido “hacía más de un año que se había ido del Seminario, por su propia decisión”. Dijeron que las autoridades y los formadores del Seminario Mayor no estaban en conocimiento de estas actividades y que no había “ningún indicio en sus actitudes de que podría tener esta conducta”.
“En el Seminario Mayor, los formadores están atentos a quienes están preparando, y los conocen bien. Pero en este caso no hubo nada que les llamara la atención. Se fue por su propia voluntad porque aparentemente buscaba otro carisma y eligió seguir su camino con los franciscanos. Sin conflictos. Tengo entendido que también abandonó hace algunos meses esa orden”, detalló a La Voz la fuente del clero.
El operativo
La alerta se originó en Estados Unidos, donde un reporte advirtió a las autoridades nacionales que desde Córdoba, Argentina, se estaban distribuyendo imágenes de abuso sexual infantil. Con los datos recibidos, el fiscal de Cibercrimen de Córdoba comenzó a desmenuzar la información y, a partir de la IP de la cuenta que hacía circular las imágenes con niños, fue afinando la búsqueda y centralizándola en una persona concreta.
Esa persona utilizaba dos cuentas de Facebook y había estado logueada en su domicilio y en las dos sedes religiosas. Por esto, se allanaron las tres locaciones. Sin embargo, en las instituciones religiosas no se encontró ningún material relacionado al caso que se investiga.