Un joven de 18 años que el lunes fue baleado en el cuello por la Policía durante una persecución en Córdoba salió hoy del coma farmacológico y se le retiró el respirador artificial, aunque continuaba internado en grave estado, informaron fuentes médicas.
En tanto, los efectivos Lucas Ges (jefe de coche) y el cabo primero Martín Aguilar (chofer) imputados por el hecho, fueron relevados preventivamente de sus funciones y cobrarán sólo el 30 por ciento de su sueldo.
Fuentes médicas confirmaron a Télam que Facundo Brandán salió del estado de coma farmacológico y que se le retiró el respirador artificial, pero seguirá internado en la terapia intensiva del Hospital de Urgencias de Córdoba.
Los voceros precisaron que el muchacho permanecía esta tarde grave y conectado a un sistema de ventilación, ya que tiene problemas de respiración por el disparo recibido.
Por su parte, el Tribunal de Conducta Policial dispuso que los uniformados quedaran en "situación pasiva", por ende no trabajarán y sólo cobrarán el 30 por ciento del sueldo hasta tanto se resuelva el proceso judicial. La causa quedó ahora en manos del fiscal Ernesto De Aragón, quien indicó que la camioneta recibió al menos cuatro disparos efectuados por los policías. El hecho estuvo siendo investigado en primera instancia por la fiscal de feria Milagros Gorgas, quien imputó a los policías.
"Con los elementos reunidos, hasta ahora, surge que hubo a priori un exceso de los policías", indicó la funcionaria judicial.
Por su parte, Patricia Rodríguez, la madre de Facundo, dijo que lo importante ahora es que su hijo se recupere y que luego planea accionar contra las autoridades.
"Lo podrían haber matado. Ahora, lo importante es que mi hijo se recupere", concluyó la mujer quien ya cuenta con asesoramiento de un estudio jurídico.
Brandán fue baleado en el cuello por la Policía cuando liba a bordo de una camioneta Ford Ranger, conducida por un amigo de 16 años que resultó ileso.
Aparentemente, el chico evadió un control policial en la intersección de Sagrada Familia y Duarte Quirós, de la zona oeste de la ciudad, y huyó a alta velocidad.
La persecución duró unos 18 kilómetros por distintas calles y avenidas de la zona oeste y norte de la capital cordobesa hasta que detuvieron la marcha del vehículo y el joven resultó baleado. Tras el hecho, los policías Ges y Aguilar que participaron en la parte central del operativo fueron imputados por "lesiones graves calificadas por abuso de la función policial y por el uso de arma", aunque ambos continúan libres.
