Este miércoles el despacho del juez Claudio Bonadio, en Comodoro Py, volvió a ver a por tercer día consecutivo al empresario cordobés Aldo Roggio. Aunque esta vez fue aceptado como "imputado colaborador".
Es que el titular de la constructora que lleva su apellido buscaba alcanzar este status en la causa que se dio a conocer el 1 de agosto de los Cuadernos K, que denuncian el pago de coimas por la obra pública durante el gobierno kirchnerista.
En las anteriores presentaciones Bonadio había considerado insuficientes las declaraciones de Roggio como para que sea considerado un "arrepentido".
Es por eso, que esta vez, según publicó Omar Lavieri, de Infobae, Roggio admitió haberle pagado coimas a Ricardo Jaime. Además, detalla que fue un 5 por ciento de los subsidios correspondientes al Ferrocarril Urquiza, y también por la explotación del subte.
Vale recordar que Roggio, además de la constructora posee la empresa Metrovías, que durante el kirchnerismo explotaba el subte de Buenos Aires y la línea del ferrocarril Urquiza.
Durante el viernes de la semana pasada el empresario cordobés había mantenido una reunión con el fiscal Carlos Stornelli donde había llegado a un acuerdo para presentarse como "imputado colaborador".
En la jornada del martes Roggio estuvo declarando en los tribunales de Comodoro Py durante más de tres horas, en las que buscó ampliar su declaración.
Todo esto se da en el marco de la causa por pago de coimas que el chofer de Roberto Baratta, Claudio Centeno, divulgó en sus cuadernos y en los cuales el nombre de Roggio aparece una vez, aunque el domicilio de la empresa constructora, aparece tres veces.
Justamente al empresario cordobés se le atribuían aportes millonarios que en su declaración de este martes habría negado. Según informó Clarín, Roggio habló de "pagos aislados" aproximados de 100 mil dólares cada uno.
