Cuando se asomaron a la puerta de sus casas, el viento los echó para atrás. Encima, la temperatura no estaba para meterle el pecho y salir. Al contrario, el almuerzo y la siesta invitaban a quedarse. Pero había clásico y cuando los colores juegan ante el rival de toda la vida, hay que estar. Esa escena se repitió en muchos hogares de los hinchas de Belgrano y de Talleres que dudaban hasta último momento de llegarse al Kempes a mirar el derby cordobés.
Al final, cuando prácticamente comenzaba el partido, unos 35 mil hinchas se hicieron presentes en el templo del fútbol cordobés para apoyar a sus equipos. Y los de Celestes tuvieron su fiesta. Los fanas del Pirata agradecieron haber tomado la decisión de dejar la comodidad de su casa para acercarse a vivir un triunfo como el que le dieron los jugadores en el clásico ante los albiazules.
Desde temprano, las dos hinchadas jugaron su partido y las alternativas cambiantes hicieron que los duelos fueran casi constantes durante todo el partido.
Las explosiones de los goles en el primer tiempo por parte de Suárez, para el Pirata en el 1-0 y luego el empate de Gandolfi, para la T le dieron el grito que se esperaba. El desnivel definitivo de Sequeira, cuando comenzaba el complemento, le dio la alegría a los hinchas de la B.
Desde el 2-1, hubo más emociones para la hinchada celeste. Talleres no lastimaba a pesar de las intenciones para empatar el partido y Belgrano, con cada contra, alimentaba las esperanzas de un tercer gol.
Cuando llegó el final, la voz del estadio les pidió a los hinchas piratas quedarse un ratito más. Y se quedaron contentos. Vieron la coronación del clásico con una copa que la Agencia Córdoba Deportes puso en juego para el ganador.
El clásico se fue para Alberdi. Dejando de lado esos rumores de arreglos de los que se habla en las redes y en muchas mesas de café. La B ganó bien. Sus hinchas se fueron festejando. Y con una sonrisa de oreja a oreja por haberse decidido a ir a ver a su equipo que les regaló una alegría tremenda en la previa del inicio de la Superliga.
Los hinchas de Talleres quedaron masticando bronca y pensando en lo que viene para el club que es el partido contra FC Midland, por Copa Argentina, el 31 de julio en Santa Fe.