Minutos antes de la señal de largada, los corredores aprovecharon para atar sus zapatillas, hidratarse y acomodar el número de sus pecheras. Así comenzaba en la noche del domingo la segunda edición de la maratón nocturna de la ciudad de Córdoba, ocasión que convocó a 3.500 deportistas de todo el país.
La carrera incluyó dos circuitos, según la intensidad. El primero, de 10 kilómetros. Y el segundo, de 21.
Y a diferencia del año pasado, ambos arrancaron y finalizaron en El Panal, para evitar el caos de tránsito que sí se registró en la edición pasada. "Este año, pusimos un tope de 3.500 corredores, 500 más que en la edición pasada. Como la inscripción fue on line, inmediatamente la página detenía las anotaciones cuando se excedió el límite impuesto", indicó Daniel Graco, subsecretario de Deportes de la Municipalidad de Córdoba.
El funcionario indicó que el límite estuvo impuesto para garantizar la seguridad de los deportistas. Las normas indican que debe haber una correcta hidratación y garantizarse el tránsito para evitar atascos extremos.
El promedio de edad de los corredores se ubicó entre los 30 y 40 años. Y en la organización intervinieron alrededor de 400 personas, incluidos los efectivos de la policía municipal, que sumaron cerca de 120 oficiales.
El espíritu de la maratón nocturna nació en grandes ciudades del mundo, informó Graco. Roma, París, Berlín y Nueva York también tienen sus carreras que se realizan de noche. Hoy, la fiebre del running es un fenómeno mundial que gana cada vez más adeptos.
“La gente ha tomado el trote, al igual que la caminata, como un elemento más de la vida”, indicó Graco, quien enumeró las bondades del ejercicio en la salud, como la mejora en el aparato cardiorrespiratorio.
Los corredores tienen costo cero, ya que no necesitan pagar por un gimnasio. La libertad de horario es otro beneficio fundamental, especialmente entre aquellos que andan cortos de tiempo. La locura se instaló en Córdoba.
En sus marcas, listos, largaron.