Por Gabriela Martín.
En el trabajo, en los ratos de ocio, al viajar, interrumpiendo conversaciones y hasta en el momento de ir a dormir. En muy poco tiempo, no quedó prácticamente ningún espacio sin "colonizar" por celulares, computadoras y tabletas. De la misma manera que el uso de las pantallas ha impactado en nuestra psicología y en la manera de relacionarnos, también lo ha hecho con la visión. Literalmente.
"La presbicia se debe a la dificultad del ojo para acomodar automáticamente su lente natural, llamada cristalino, en el proceso de la visión. Es parte de un deterioro natural que aparece con los años y que normalmente hacía que las personas de más de 50, tanto mujeres como hombres, no pudieran vivir sin usar anteojos (en muchos casos, diferentes para ver de lejos y de cerca)", explica el doctor Robert Kaufer, especialista en Cirugía Oftalmológica.
Según indican distintas investigaciones, a causa de la sobreexposición a las pantallas electrónicas, la presbicia está empezando a afectar cada vez más a las personas antes de los 40 años de edad. Este cambio que ha hecho a la presbicia más precoz se ha dado, según aseguran en el instituto oftalmológico IOTT de España, en apenas 5 años.
“La presbicia es la causa de consulta más común en pacientes de 40 años en adelante, aunque puede aparecer antes también, pero como es parte de un proceso natural de deterioro lo más probable es que todos se vean afectados en algún momento de su vida”, indica el especialista y advierte que, no obstante, nadie está a salvo de que tarde o temprano la presbicia lo afecte en algún momento de su vida.
La solución más confortable y segura disponible actualmente para la presbicia es el reemplazo del cristalino por una lente intraocular multifocal, con lo cual se logra incluso el "milagro" de vivir sin depender de los anteojos. Una nueva tecnología disponible en la Argentina permite ahora también resolverlo con la máxima seguridad para el paciente.
Perder visión
Ver la hora en el despertador o los números en el tablero del auto, diferenciar el champú de la crema de enjuague cuando se está bajo la ducha, son tareas cotidianas que empiezan a dificultarse cuando la edad, por diferentes motivos, empieza a afectar a la visión. Además de la presbicia, la pérdida puede deberse a otras causas, como las cataratas (el principal motivo de ceguera prevenible).
“Si tuviéramos un panel de cientos de lamparitas encendidas y se apagan dos o tres, no notaríamos la diferencia –grafica el doctor Kaufer–. El problema se da cuando se van apagando progresivamente sin que esa diferencia se note, y al cabo de un tiempo la persona no se da cuenta de cómo ha empeorado su visión, y eso es lo que pasa con muchos pacientes, que llegan al consultorio pensando que ven bien sin saber que conservan apenas un 25 por ciento de su visión”.
La llegada al consultorio oftalmológico es motivada, la mayor parte de las veces, por la pérdida de la calidad de vida; pero muchas veces, eso recién se da cuando la pérdida visual ya está muy avanzada.
Las lentes intraoculares surgieron como alternativa a las lentes de contacto y las cirugías refractivas de la córnea; suelen aplicarse cuando el problema se localiza en el cristalino del paciente. La intervención se realiza con anestesia local mediante gotas, con el paciente despierto o sedado según su propia preferencia, y no se siente molestia alguna antes, durante ni después de la operación.
La clave
La única forma de proteger a la visión de la presbicia cada vez más precoz es reducir el tiempo de exposición del ojo a las pantallas electrónicas. En la actualidad, nuestra cultura y estilo de vida lleva a que esto sea cada vez más complicado.
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