La variación del volumen de ventas de las despensas no es pareja: mientras en la mayoría de los productos se detectan bajas, en algunos pocos casos hay aumentos. Se trata de los alimentos más económicos, aquellos que los almaceneros describen como los que "más rinden", como papa, pan francés, fideos secos y arroz, en perjuicio de aquellos que tienen más valor nutritivo, como la leche o la carne.
El último relevamiento de precios y ventas del Centro de Almaceneros de Córdoba, que corresponde a octubre, detectó un nuevo aumento del consumo de los productos "a base de" leche y yogur. "La venta de los llamados alimentos lácteos, que simulan ser leche o yogur, pero que en realidad no lo son (los tienen entre sus componentes), creció un 12,63 por ciento en octubre respecto del mismo mes del año pasado", dijo a Día a Día Vanesa Ruiz, gerenta del Centro.
Ese crecimiento se viene profundizando mes a mes, ya que en septiembre (contra septiembre de 2016), era del 11,8 por ciento.
"Claramente la gente está reemplazando la leche y sus derivados por mate, té y estos otros productos. Y lo hace cada vez más. Por un lado, porque son más económicos (hasta un 40 por ciento menos), pero por otro, por desconocimiento: no saben qué compran", apuntó la dirigente.
El Centro hace periódicamente capacitaciones y entre los temas que trata se les dice a los almaceneros que le expliquen a la gente sobre el real contenido de este tipo de productos “a base de”, pero “finalmente es el cliente quien decide”, lamentó Ruiz.
El reemplazo de productos se advierte el comparar los datos de consumo de los “alimentos lácteos” con los de leche y yogur. Mientras aquellos crecen, de acuerdo con el informe dado a conocer ayer por la entidad, las ventas de leche y yogur bajan.
En octubre, la venta de leche fluida entera y descremada cayó 13,37 por ciento y la de yogur bebible y aflanado, 15,9 puntos porcentuales.
Siguiendo en los lácteos, también cayeron los quesos blandos (cremoso y cuartirolo): 13,25 abajo en relación con octubre de 2016.
Los productos "a base de" son parte del marketing de la industria alimenticia. Una estrategia más para sostener las ventas cuando éstas pasan por un mal momento, como ahora. Así, como promueven fuertes ofertas, envases más chicos y potencian de segundas y terceras marcas, la nueva "táctica" se basa en aprovechar que la gente prioriza el precio y lanzan productos baratos "disfrazados" de algo que no son, o lo son en parte.
Un estudio realizado por la Universidad Argentina de la Empresa (Uade) durante agosto, que abarcó más de mil productos que se venden en comercios minoristas, llegó a la conclusión de que entre el 4 y el 5 por ciento de los artículos presenta información errónea o mal declarada en los envases.
El estudio detectó, entre otros casos, "aceite de oliva" que engaña al consumidor porque está compuesto por 40 por ciento de oliva y 60 por ciento de girasol; y "miel falsa", que se vende junto al resto de los frascos de miel, pero que en letras muy pequeñas dice que es un "alimento en base a JAF" (que es en realidad jarabe de alta fructosa o azúcar).