Entre el cáncer y el maquillaje, de los dos lados del mostrador

Noelia Membribe es una de las fundadoras del taller de belleza para pacientes oncológicas en el Hospital Urrutia. Desde hace un año y medio, también lucha contra el cáncer. 

Entre el cáncer y el maquillaje, de los dos lados del mostrador
Noelia Membribe, maquilladora y cosmetóloga\u002E

Por Laura Giubergia

Dice el diccionario de la Real Academia Española que empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.

Desde hace una década, Noelia Membribe comparte sus saberes de maquilladora y cosmetóloga con las pacientes del Hospital Oncológico Profesor José Urrutia. “Diez años maquillando la vida”, dice la torta de la celebración.

“Hoy necesito correrme, pero voy a seguir dictando los talleres”, cuenta la mujer, un año y medio después de que le diagnosticaran cáncer de mama. Llevaba más de siete años dando los talleres en el mismo hospital en el que trabaja, cuando escuchó qué cáncer era el nombre también de su afección.

Lo que venía siendo tratado como una displasia mamaria no resultó ser tal, y fue su propio instinto el que la llevó a hacer interconsulta con un médico del Urrutia. Aunque fue ahí que encontró la precisión del diagnóstico, decidió hacerse tratar en otro lugar. “Intenté que la enfermedad afectara lo menos posible a mi trabajo”, apunta.

“Puedo resumirlo diciendo que fue muy duro, pero que lo estoy llevando bien”. Y explica que, por momentos, tener tanta información le jugó en contra; pero estar rodeada de gente que sabe tanto de la enfermedad la ayudó. “No tuve que pedir nunca nada porque siempre me lo ofrecían antes, sabían lo que me estaba pasando”, comprime en una respuesta, con los ojos húmedos y la garganta seca.

“Yo me emociono fácil”, alcanza a decir en una aclaración que resulta innecesaria.

Cuatro veces por año, desde el 1° de septiembre de 2007, en el hospital se dicta un taller de maquillaje para mujeres enfermas de cáncer, con el objetivo de darles herramientas que les permitan verse bien y sentirse mejor, contrarrestando los efectos que las drogas provocan en el cuerpo.

Porque asumir mejor la enfermedad y sostener el estado anímico son fundamentales en la batalla contra el cáncer. “Y porque en el taller no sólo aprenden técnicas de maquillaje y de utilización de accesorios, como pañuelos, sino que se encuentran entre ellas. Comparten el dolor, se saben acompañadas, se pueden hasta reír de sí mismas”, apunta Noelia.

Única falta. El 6 de abril de 2016 fue el único día de taller en el que Noelia no pudo estar. "En marzo me habían diagnosticado, y ese día me estaban operando. Después vine a dictar el taller aun cuando estaba con carpeta médica", recuerda.

Desde la mesa de entrada del Hospital, Noelia no sólo atendía las necesidades de los pacientes, sino que “controlaba” que las talleristas hicieran uso de los conocimientos adquiridos. “Este hospital es el lugar que amo, es mi segundo hogar, pero necesito correrme para disociar un poco. Voy a empezar a trabajar en la Subsecretaría de Salud Mental, dejo esta mesa de entrada, pero no abandono los talleres de belleza”, refuerza.

En el medio, pasó una operación para extraer el tumor, la radioterapia, y numerosos cambios de humor por las medicaciones. Todavía en tratamiento, Noelia sigue firme en la convicción de enseñar cómo verse mejor a mujeres enfermas de cáncer. Como ella.

Dice el diccionario de la Real Academia Española que empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Y dice, también la RAE, que cuando un ser vivo logra adaptarse a un estado de situación adverso se lo llama resiliencia.