Por Adrián Bassola.
Unos 6.500 fanáticos colmaron este sábado a la noche el Orfeo Superdomo para escuchar por dos horas y media al ídolo máximo de la canción nacional de este momento: Abel Pintos.
Si la cifra impacta, sepan que este domingo Abel volverá a llenar el mismo estadio, ya que quedan muy pocas entradas.
El consagrado artista, habitual visitante festivalero del verano, está girando con su nuevo disco, Once, que repasó por completo. Por supuesto, no se privó de ofrecer los clásicos de toda su carrera.
Agradecido, atento, entrador, amable, hablador, compinche. Abel tiene la más alta concentración de atributos para sus fanáticas, y hace uso de ellos durante todo el concierto. De arranque, al tercer tema, casi que lagrimeó de la emoción ante la ovación, y de paso mostró su gratitud "a los acompañantes, esos que dicen 'vamos' cuando le pedís que vengan con vos".
Cómo te extraño, Tres, Pájaro Cantor, Once mil fueron las cuatro del arranque. Para los bises dejó La llave, No me olvides, Crónica y el frenético Reevolución. En total, más de 30 canciones para que nadie se quede con ganas, aunque con las fanáticas nunca se sabe.
La sorpresa de la noche fue la aparición de Marcela Morelo, quien aportó la dulzura de su voz para un par de canciones exquisitas. Cantó Aventura (su clásico, juntos), Zamba para vos, No me olvides y Tiempo.