Los infernales 25,378 kilómetros del legendario circuito Nürburgring Nordschleife, en la región montañosa de Eifel, Alemania, representan uno de los más grandes desafíos para cualquier piloto del planeta que tenga el privilegio de competir allí. Entre ellos, para el argentino Néstor Girolami, que en el mismo vibrante compromiso y cautivado por la adrenalina que le provocan sus 64 curvas, largas rectas, saltos, ascensos, descensos y peraltes, encuentra su pista favorita. La misma donde el año pasado se mandó la maniobra de su vida, para superar al británico Rob Huff y subir al podio.
Enmarcan también el sentimiento de Bebu por el famoso trazado los laureles argentinos conseguidos a través de los históricos triunfos de Juan Manuel Fangio en los ´50; la hazaña de los Torino en el '69; la majestuosa victoria de Carlos Reutemann con Brabham durante la temporada 1975 de la Fórmula 1; los valiosos lauros de Oscar Larrauri en 1981 y de Víctor Rosso en 1987; el más moderno par de dominios de José María “Pechito” López en el calendario 2016 del WTCC; así como el triunfo de Esteban Guerrieri, su actual compañero del ALL-INKL.COM Münnich Motorsport, en 2018.
En diálogo telefónico con Vía Córdoba y antes de correr nuevamente en ese auténtico templo de la velocidad, Bebu habló de su presente en la WTCR, la Copa Mundial de Autos de Turismo, el certamen que reemplazó desde 2018 al WTCC, y en el que el cordobés ocupa la segunda posición. El certamen encara desde mañana jueves la segunda fecha de un apretado calendario, condicionado, como tantos otros del deporte, por la pandemia del nuevo coronavirus.
“Llegamos a Nürburgring, mi circuito favorito por tantas cosas, por tantos recuerdos. Sin dudas, es una muy linda oportunidad para tratar de alcanzar la punta del campeonato, que para mí arrancó muy bien, con un auto muy competitivo pese a que no era el más rápido. Pero constantemente el equipo trabaja para mejorar y esperamos buenos resultados en esta segunda fecha”, comentó Girolami, que en el circuito belga de Zolder ganó la primera carrera y fue quinto en la segunda, lo que lo posiciona a siete puntos y como escolta de Yann Ehrlacher, del equipo Cyan Racing Lynk & Co 03 TCR.
“Será muy importante ver dónde estamos parados en las prácticas; y a la hora de clasificar, considerar de nuevo la oportunidad que brinda la grilla invertida, algo que en Zolder me dio la chance de largar adelante en la primera carrera y conseguir el triunfo”, indicó. Es que en esta segunda fecha, como en Bélgica integrada por dos carreras, se repetirá el esquema de clasificación; será una sola tanda de 40 minutos, cuyos resultados ordenarán las respectivas grillas. Para la primera (el viernes, a las 11.40), se invertirán los 10 primeros lugares, con el 10° largando desde la pole; mientras que para la segunda (el sábado, desde las 5 de la madrugada), se ordenarán tal cual como clasificaron, con el primero partiendo adelante.
Pero conseguir el 10° lugar de la clasificación, cuando las cosas no dan para pelear por el mejor tiempo, tampoco es fácil. El propio Girolami lo explica: “Quedar justo 10° requiere de una gran precisión, pero ciertamente también de la suerte. Vamos hablando con el equipo mientras clasificamos; vamos chequeando los parciales y nos la jugamos. Pero te puede salir bien como no; y el margen entre ser 10° y quedar un puesto más atrás, lo que te manda ya al medio del pelotón, es ínfimo”, advirtió.
Y agregó un dato contundente: “Con Esteban (Guerrieri), hemos analizado que si las tres veces que el año pasado y por muy poco margen no se me dio largar adelante por grilla invertida, y teniendo en cuenta que si partís desde la pole tenés muchas chances de ganar, hubiese sumado los puntos necesarios para llegar a la última fecha con posibilidades de lograr el título”.
Nürburgring, por otro lado, es el último de los eventos de dos carreras este particular año. Ya desde el siguiente (Eslovaquia, 10 y 11 de octubre), serán tres competencias por convocatoria. Además, comenzará a aplicarse el sistema de compensación de rendimiento a través de peso (Compensation weight), lo que busca emparejar los autos a favor del espectáculo, teniendo en cuenta los resultados de los pilotos; algo concebido en el mismo sentido que lo de la grilla invertida.
“Son todas alternativas sobre las que trabajamos, estando atentos a los que nos puede beneficiar o perjudicar en función de dónde estamos respecto de nuestros rivales y de cómo se va desarrollando la temporada”, dice Bebu.
Como Guerrieri y los pilotos de la estructura satélite ALL.INKL.DE Münnich Motorsport, el húngaro Attila Tassi y el portugués Tiago Monteiro, Bebu representa a Honda, marca con la que el cordobés colaboró en agosto pasado, antes del inicio de la WTCR, dentro del TCR Europeo, lo que le sirvió además para ponerse en forma de cara al certamen mundialista después del prolongado período de inactividad provocado por el Covid-19. Porque si bien había ensayado con la WTCR –incluso, en Nürburgring-, no había corrido durante casi ocho meses.
“Cuando volví a correr (en Paul Ricard, Francia, reemplazando al macedonio Viktor Davidovski en el equipo PSS Racing), me di cuenta de que no estaba al 100 por ciento. Así que fue muy importante aprovechar la ocasión. Fue una experiencia exigente, pero muy fructífera”, destacó el piloto de Isla Verde, que en la prueba que cerraba la programación fue segundo, dando al equipo –al que entrena como coach- su primer podio en la categoría.
Así, y con gran motivación, el exbicampeón del Súper TC2000 y que tiene 31 años, está afrontando una nueva campaña mundialista. El inicio fue auspicioso, prometedor. Y ahora, Nürburgring lo encuentra enfocado en tratar de seguir sumando, tanto como sea posible. Ojalá, lo suficiente para alcanzar la punta del campeonato.