Los Zelarayán son, sin dudas, una familia muy vinculada al fútbol. Quizá para el público futbolero, el surgimiento de Lucas en Belgrano y su posterior paso por Tigres de México y su actualidad en Columbus Crew de la Major League Soccer, sea lo que más se hable asociado a ese apellido.
Pero hay un Zelarayán que, antes de que su hermano saltara a la fama, escribió y sigue escribiendo una parte importante de historia en el fútbol de Córdoba. Se trata de Carlos, que tiene 41 años y una larga trayectoria en el fútbol de la Liga Cordobesa y en el interior provincial.
Y también es quien, originalmente, ostenta el apodo de Chino con el que se conoce a su hermano más famoso. "Cuando jugaba en Atalaya le decían Luquitas pero cuando yo fui a ese club le empezaron a decir Chinito o Chino pero el original soy yo. El reclamo está en manos de mis abogados, jejeje", aclaró en broma en sus primeras palabras con Vía Córdoba.
Se inició, a los 16, en Alas Argentinas. Luego pasó por Avellaneda, Universitario, Las Palmas, Atalaya, Barrio Parque, Talleres de Etruria, Matorrales de la Liga de Oncativo, Progreso de Noetinger, Sportivo Tirolesa, Falucho de Jesús María, Juventud Agraria y Bochas Sport de Colonia Caroya, Huracán de barrio la France y, actualmente, juega en Leones de Saldán. Y en este club, donde también cumple la función de manager deportivo, el Chino comparte equipo con Tomás, su hijo de 21 años y Marcos, otro de sus hermanos.
"Es algo único. Jugar con personas que querés y amás y que lo conocés de toda la vida, sabés cuáles son sus movimientos, sus pro y sus contras. Así que es muy lindo. Uno trata siempre de aportar su experiencia y enseñarles pero también aprendo de ellos Son sensaciones únicas y las disfruto todo lo que más puedo", contó el Chino.
Con semejante trayectoria, Carlos Zelarayán tiene un promedio hecho de casi 400 goles convertidos entre todos los clubes por donde pasó. "La verdad que no los tengo contados. Son un promedio que saco yo de los años que jugué", aclaró.
Pero, sin agrandarse, hace algunas semanas, fue premiado por el programa Estamos Jugados de Showsport como el mejor centrodelantero de la Liga Cordobesa en la última década avalando sus antecedentes rompiendo redes en diversas canchas de la capital cordobesa y de la provincia. "Ser reconocido por lo que uno hizo toda su vida, eso te llena de orgullo. Tanto para mí como para mi familia", dijo el goleador.
Carlos sigue viviendo en barrio Residencial Oeste junto a Florencia, su mujer y sus hijos Tomás, su compañero de equipo y Gonzalo, el más chico, que sigue los pasos de su tío Lucas y actualmente integra el plantel de la séptima de Belgrano. A la mañana trabaja en un taxi y, por la tarde, colabora con un grupo empresario que representa jugadores y, si no hubiera cuarentena, también entrenaría y jugaría en el Deportivo Leones donde también es manager deportivo.
"Es un club muy humilde que lo fundó mi amigo José Castaño. Él me convence de ir a jugar a su club. Cuando llego vi la humildad de su gente, de mis compañeros y me dio muchas ganas de jugar y seguir. Y en esta cuarentena, después de varias charlas, él me me ofrece también ser manager. Para darle una mano en el tema de acercar jugadores y también en lo social y deportivo así que acepté con gusto. Vamos a tratar de dar una mano para que el club siga creciendo", contó sobre su nueva tarea en la institución que juega en la Liga de Punilla.
LA TRASCENDENCIA DEL APELLIDO. El salto a la fama del fútbol nacional e internacional de Lucas Zelarayán llena de orgullo a toda la familia. Carlos, como hermano mayor, no oculta su orgullo. "Nuestro apellido es raro y difícil de pronunciar para algunos, lo que Lucas ha hecho es algo inimaginable, soñado. La familia esta muy feliz por su presente y no nos perdemos ni un partido. Nos da una gran felicidad", se alegró el Chino original sobre el presente del Chinito en el fútbol de Estados Unidos.
A SEGUIR METIENDO GOLES. A pesar de la edad, de los muchísimos partidos jugados, de su extensa trayectoria y de la enorme cantidad de goles metidos, para Carlos Zelarayán el retiro no es una opción. Contento con su actualidad en la doble función de manager y de jugador, el Chino cerró con una certeza la entrevista: "Es mi pasión. Voy a jugar hasta donde me den las piernas, después veremos qué pasa".