En el marco del proceso que investiga el asesinato de Blas Correas, el joven de 17 años asesinado por la Policía de Córdoba hace poco menos de dos semanas, la fiscalía a cargo de José Mana imputó este martes a tres empleados administrativos del Sanatorio Aconcagua por el presunto delito de "abandono de persona".
Según lo establecido en la investigación y en la descripción de los hechos que se dio a conocer desde un primer momento, los amigo de Blas llegaron con el joven herido de bala a la puerta del sanatorio ubicado en la ciudad de Córdoba y los administrativos del lugar le indicaron que debían llamar al 107.
El argumento utilizado por los trabajadores del centro médico se basaba en que el joven presentaba una herida de bala.
"Lo llevaron para salvarle la vida, incluso el propio director del Hospital de Urgencias manifestó que, en caso de heridos de bala, son porcentajes altos que se pueda salvar. No es lo mismo encontrar una persona que fue víctima de un accidente en la calle y no frenar", había dicho en su momento Alejandro Pérez Moreno, abogado de la familia.
Con la decisión sobre los administrativos del Sanatorio Aconcagua ya suman ocho los imputados en el marco de la causa que investiga el asesinato del joven ocurrido en la madrugada del jueves 6 de agosto.