José Bordiga y Maximiliano Frey son dos jóvenes que están desde hace nueves días apostados en una habitación de un hotel de la ciudad de Córdoba. No se conocían y la cuarentena los obligó hasta a compartir una cama matrimonial.
Bordiga, de 23 años, es contador y había viajado a Misiones a retirar un vehículo que había comprado su padre. Desde aquella provincia volvió con Frey (22), a quien conoció por un amigo en común. Frey, misionero, necesitaba volver a Córdoba, donde cursa sus estudios universitarios.
Ambos viven en distintos domicilios en Nueva Córdoba. Al regresar de este viaje fueron puestos en cuarentena, tal como establece la norma sanitaria dispuesta por el Gobierno provincial.
Bordiga habló con La Voz al respecto: "Tenemos mucha ansiedad e incertidumbre porque no tenemos comunicación con el afuera. En la recepción del hotel nos remiten al COE y en el COE no nos dan respuesta. El hisopado nos dio negativo, pero nos dicen que tenemos que quedarnos 14 días. Terminamos acá por ser honestos y decir que veníamos de Misiones". Además, admitió que le resulta bastante extraño convivir y hasta compartir una cama matrimonial con "un extraño".
También contó que, en su caso, no paga el hotel, pero su compañero Frey debe hacerlo por no ser cordobés. De esta forma está estipulado: los nacidos en Córdoba no afrontan esos gastos, se hace cargo el Estado.
Los jóvenes se quejaron por el servicio del hotel: "Está todo en modo pandemia", comentó Bordiga.
En ese hotel se encuentran varias personas alojados en cuarentena. Todos se mantienen conectados vía WhatsApp. Bordiga señaló que no pasó inadvertido que "Damián Córdoba estuvo en cuarentena en ese hotel y lo dejaron salir al octavo día".
Carlos Ríos, el abogado que los representa, argumentó en su escrito que "el artículo tres de la ley 23.098 dispone que el procedimiento de hábeas corpus corresponde cuando se denuncie un acto u omisión de autoridad pública que implique limitación o amenaza actual a la libertad sin orden escrita de autoridad competente".
Asimismo opinó: "Lo más patético es que estas personas tienen sus domicilios particulares a pocas cuadras del hotel donde se encuentran confinadas, sin que exista razón alguna que justifique semejante situación".
A su vez, expresó que “es evidente que las personas a favor de quienes se interpone la presente denuncia de hábeas corpus, han sido restringidas en su libertad ambulatoria hasta el punto de impedirse la misma casi en su totalidad, al ser confinadas, en contra de su voluntad, en un hotel de la ciudad para el cumplimiento de una cuarentena que bien podrían cumplir en su domicilio particular”.
Además, explica que “no se discute aquí ni la oportunidad ni los beneficios de la cuarentena o la necesidad de hacerla o no, sino la elección del medio más gravoso y lesivo para la libertad individual, cuando existían otras soluciones compatibles con una restricción razonable de ese derecho, como la de permanecer en sus domicilios particulares”.
Si la Justicia admitiera el recurso, los dos demandantes podrían terminar la cuarentena en sus hogares.