Los cordobeses Alejandro Nigrelli (23) y Carolina Díaz (27) llevan un mes y medio viviendo forzadamente en México. Forman parte del grupo de 20 mil argentinos varados en el exterior que aún no pueden regresar al país.
Sus vacaciones habían comenzado el 9 de marzo y debían terminar el 20 de ese mes. Pero el 17, las mismas se vieron interrumpidas abruptamente tras leer un mail de la compañía aérea Latam que informaba la cancelación del vuelo de regreso. En ese momento su paseo había acabado y tuvieron que regresar a Cancún, donde permanecen hasta ahora en cuarentena.
El sábado 11 habían recibido un llamado del Consulado argentino informando que podrían viajar el lunes siguiente. "Cancelamos el hospedaje, regalamos la mercadería que habíamos comprado, el domingo casi ni dormimos por la ansiedad de esperar el viaje", cuenta Carolina a La Voz.
Cuando llegaron al aeropuerto, habiendo realizado ya el check in y con las tarjetas de embarque correspondientes, un supervisor de la empresa Latam les dijo que el vuelo estaba completo y que deberían esperar el próximo.
"Le mostramos las tarjetas de embarque, le dijimos que debería haber un error, que ya teníamos el check in hecho, que en tres horas salía nuestro vuelo, que era ese y no otro. Lloramos, gritamos, suplicamos, hablamos de nuevo con el Consulado, estuvimos una hora y media tratando de agotar todas las vías, pero no hubo respuesta", explica Carolina.
Por esto, debieron volver a alquilar una habitación en el hospedaje donde estaban.
De Latam, recibieron una disculpa y la confirmación de que el pasaje había sido "duplicado por un error de sistema". Desde el Consulado y la Embajada Argentina, por otra parte, los apuntaron para un próximo vuelo.
Lo llamativo surgió en los días siguientes, cuando recibieron un llamado de Presidencia de la Nación, para saber si Alejandro tenía síntomas de Covid-19 y si estaba haciendo la cuarentena donde había informado, en Argentina. Les indicaron que había una declaración jurada firmada por el joven, que indicaba que ya se encontraba en el país.
"¿Cómo no chequearon en Migraciones, en la empresa aérea, por qué no controlaron si el pasaporte correspondía al ticket del vuelo?", preguntan Carolina y Alejandro desde Cancún, pero no encontraron respuestas. Sospechan que otra persona les usurpó la identidad para viajar, según contó La Voz.
“Es delito firmar una declaración jurada que no corresponda”, les dijeron de Nación, quienes ya no volvieron a comunicarse.
Carolina señala que, en ese vuelo, tampoco priorizaron a las personas de riesgo. Suponen que alguien invadió la identidad de Alejandro, y que viajó con sus datos y firmó una declaración jurada a su nombre.
La situación, más allá de no ser la ideal, tiene su lado bueno: mientras siguen esperando ser reprogramados, desde Cancún y de forma remota, comenzaron a trabajar en sus ocupaciones en Córdoba. Subrayan, por otro lado, que no están recibiendo ninguna ayuda económica desde el consulado.
