La Cámara Cuarta de Córdoba dio a conocer los fundamentos de la sentencia que condenó a los imputados Oscar “Sapo” Gómez y Javier Navarro por participar en una “picada” callejera que mató a dos adolescentes en 2012 en Ampliación Ferreyra, uno de ellos hermano de Emanuel Balbo.
A Gómez se le impuso una pena de 4 años y 10 meses de prisión; mientras que Navarro recibió 4 años y 2 meses. Además, ambos acusados fueron inhabilitados para conducir vehículos por 10 años.
¿Por qué la diferencia de pena? Porque Gómez escapó del lugar, dejando a las víctimas abandonadas a su suerte, y luego trató de confundir a los investigadores para lograr su impunidad. Así se lee en la resolución de la Justicia de Córdoba: "Gómez se desinteresó por la suerte corrida por quienes, a raíz del impacto por ellos provocado, inertes yacían en la vía pública".
En el caso del acusado Navarro, el Tribunal consideró agravante que hubiera conducido su vehículo “bajo los efectos del alcohol y de las drogas” y que poseía antecedentes penales; aunque tuvo en cuenta a su favor que “permaneció en el lugar del hecho” y “pidió el auxilio de una ambulancia”.
La sentencia explica que el obrar de ambos acusados fue “negligente, imprudente y violatorio de las normas de tránsito vigentes”. Esto porque durante una “picada”, en calles de una populosa barriada de la ciudad, “en horario nocturno, sin luz natural, a altas velocidades, con poco o nulo control sobre los rodados que conducían y sin prever ni representarse los peligros que esa competencia ilegal traía aparejados, continuaron con su alocada marcha hasta que el rodado al mando de Navarro embistió la motocicleta en que se conducían" los adolescentes.
El siniestro vial fue a fines de 2012 en barrio Ampliación Ferreyra. Enrique Díaz (15) y Agustín Balbo (14) fueron las víctimas de esta historia.