La historia parece sacada de una película pero fue real. Una perrita bóxer de avanzada edad se subió a bordo de un colectivo de larga distancia de la empresa General Urquiza y viajó desde Villa María hasta la Terminal de Luján, en Buenos Aires.
Lo más llamativo del caso es que nadie del pasaje era su dueño y ninguno sabe cómo pudo haber subido sin que el chofer de la unidad se percatara de lo que pasaba.
El colectivo venía desde la ciudad de Villa Carlos Paz, hizo escala en Villa María y su destino final era la provincia vecina.
La perrita bajó en la ciudad bonaerense, y quedó deambulando hasta que fue rescatado por un grupo de protectores de canes.
La escena, que podría ser de película, fue fotografiada por Mirtha Luccisano, una pasajera que el lunes 20 de enero por la noche tomó un colectivo y minutos antes de bajarse, el martes por la mañana, vio al animal echado en el pasillo del ómnibus, de acuerdo con lo que señala el portal Villa Maria Vivo.
La mujer hizo público el caso a través de Facebook y se generó una movida de proteccionistas entre Villa María y Buenos Aires, que además contó con la participación de la empresa de transporte.
Tras haber sido curada en una veterinaria de la ciudad bonaerense de Lujan, de lo que se hizo cargo la empresa, la perra fue entregada a Paola, una proteccionista de aquella ciudad que se ofreció para cuidarla hasta coordinar el regreso a Villa María.
En los próximos días, Paola y el animal emprenderán viaje hasta Villa María, en donde la esperará una familia adoptante: "Me interesa que la perra llegue donde tiene que llegar", concluyó Paola.
Para colaborar con los costos del viaje de regreso del animal, pueden escribir al Facebook La Gringa Paola