Entre tanta controversia por el pedido de la CGT para que la Iglesia inice el proceso para beatificar a Eva Perón, en un barrio de la ciudad de Córdoba surge un testimonio que es una "perlita": el de Bruno Mezzano, un jubilado de 90 años que fue mano derecha de Evita en su último año y medio de vida.
Bruno tenía 22 cuando trabajó con la esposa de Juan Domingo Perón en su Fundación.
Afectado por algunos problemas de salud, y emocionado por contar sobre "esos momentos del pasado", recibió en su casa de San Vicente al periodista Mariano Nievas, de Mitre Córdoba, y le dio su opinión sobre el pedido de beatificación.
"Me parece muy bien. Se lo merece", dijo Bruno. "La gente lloraba por ella", añadió.
Contó algunas anécdotas de Evita: "Atendía a la gente necesitada. Me decía 'Esto está lleno de divos, hay que darles a quienes realmente lo necesitan'. Era muy recta".
De todos modos, contó Bruno, la propia Evita le confesó que, cuando se casó con Perón, salió "de la miseria".
Mezzano trabajó codo a codo con Eva en la Fundación que atendió a miles de niños y adultos carenciados de todo el país.
(Foto ilustrativa)