Tenía tan solo ocho añitos cuando pisó por primera vez una cancha de 11. Quizá ese fue el puntapie inicial de un idilio que se mantiene en el tiempo y que la llevó a meterse en la historia de Boca Juniors como la futbolista que convirtió el primer gol del fútbol profesional Xeneize.
Cuando Florencia Quiñones pisó el césped de la cancha del club Flor del Ceibo de Oncativo supo que su vida iba a estar ligada al fútbol y forjó el camino que la llevó a cumplir su sueño.
Su papá, Marcelo "Colorado" Quiñones, fue figura de Racing de Córdoba y uno de los primeros en confiar en el juego de Flor. Entonces entrenador de Flor de Ceibo, un día en el que faltaron algunos chicos del equipo, sumó a su hija y una prima a jugar un partido amistoso.
Ocho años más tarde, la cordobesa partía a Buenos Aires. Con 16, Quiñones llegó a San Lorenzo de Almagro y allí comenzaba a construir una destacada trayectoria profesional.
A los 24 años partió al Barcelona de España, donde logró varios títulos (entre ellos, Copa Cataluña, La Liga y la Copa de la Reina). Por distintos motivos, la ahora capitana de Boca, decidió regresar al país, y a San Lorenzo.
Con presencia en la selección argentina, disputó un par de mundiales, Juegos Odesur, Panamericanos y los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
En 2017 llegó a Boca Juniors, equipo en el que se convirtió en una de las referentes. Este martes, en el primer super clásico de la era profesional del fútbol femenino, la cordobesa marcó el primer gol y anotó un nuevo capítulo en su rica historia.