"Lo poco que lo conozco a Juanca sé de su amor por Belgrano, y es tremendo. Ojalá vuelva. Tuvo el corazón y las agallas porque en el peor momento dio una mano".
La reflexión pertenece a Bruno Lábaque, quien asumió en Atenas protagonismo y responsabilidad en una situación incómoda e impensada para el club de barrio General Bustos: pelear la permanencia en la Liga Nacional.
Y se sintió identificado con Juan Carlos Olave, ídolo en Belgrano, quien al encabezar la Secretaría Técnica fue blanco de las críticas y renunció.
Lábaque sabe lo que es sufrir por la camiseta, por lo que representa un club de la demensión de Atenas o de Belgrano, y lo graficó en una entrevista con Tercer Tiempo, por Mitre Córdoba.
También dejó en claro cual es el costo si no se logra el objetivo. En el caso de Olave, obligado a alejarse de "su" Belgrano.