“Concordia tiene de todo” es la premisa con la que el municipio puso en marcha una nueva estrategia comunicacional y promocional para la ciudad que incluyó el trabajo del reconocido caricaturista local Daniel Mendoza. “El artista plasmó las bellezas naturales, productos turísticos y animales representativos de la ciudad en diferentes gamas de colores”, explicaron.
A pesar de que un principio la respuesta de Mendoza al ofrecimiento del gobierno local fue un no, “por cuestiones de tiempo y porque interpreté que se trataba de un trabajo más relacionado con el diseño gráfico y, si bien manejo un poco los programas, no suelo hacer este tipo de obras”, explicó el artista; finalmente el trabajo se pudo concretar. “Ante la insistencia de Aldo Álvarez, titular de la Cartera de Turismo, y de toda su gente me fueron convenciendo para tomar el tema”, explicó el caricaturista a Río Uruguay, entendiendo que podría ser un soporte novedoso para mostrar un poco más de su trabajo ya desarrollado a nivel nacional e internacional de la mano de la historieta y a nivel local “con el tema de los murales”, los que se pueden ver en distintos puntos de la ciudad.
Para el artista local el trabajo resultó relativamente “sencillo”, ya que al ser hijo de la ciudad conoce en profundidad cada lugar y cada sello distintivo de la zona. Respecto al proceso de producción, Mendoza cuenta que durante las reuniones previas definieron que no podían faltar lugares como el lago, la represa, San Carlos; fiestas como el carnaval, atractivos como la pesca, animales como el carpincho o producciones como el citrus, el arándano y la nuez. Todas estas postales fueron finalmente traducidas al lápiz y quedaron plasmadas en una paleta de colores bien regional.
Si bien fue el artista local el que dio vida a la idea, reconoce y valora que todo “fue un trabajo en conjunto”, porque en principio “arranqué con toda la libertad desde mi arte armando los bocetos, los colores, cómo lo encaré y en base a ese puntapié inicial fuimos hablando sobre qué sacar, qué reemplazar, qué incluir”, estableciéndose “un ida y vuelta constante en base a esos bocetos iniciales”.
Las ilustraciones fueron hechas 100 por ciento a mano alzada con tinta, luego se tuvo que derivar en un escaneo y edición digital, solo “por unas cuestiones de dimensiones y resoluciones”, paso necesario para luego adaptarlo a diferentes medios, explicó.
Durante el trabajo de desarrollo de la idea, surgió también la posibilidad de “representar toda la producción de la región, como el citrus, la naranja, la nuez y ni hablar del agua, el cielo y el verde”. Seguidamente, “me mandaron los colores definidos, una gama entre el verde, el naranja y el azul, a través de los cuales fui entonando las ilustraciones”, agregó Mendoza.