Las tormentas, que se registraron en múltiples ocasiones en la madrugada del 25 de septiembre, causaron estragos en áreas rurales y urbanas, dejando a los agricultores con una sensación de angustia e incertidumbre. Marcos Dal Mazo, representante de la Asociación, describió el fenómeno como “algo histórico” y destacó que los daños no solo afectan a los cultivos, sino también a vehículos y maquinarias.
Impacto en la producción
El granizo más intenso se registró en Colonia San Roque, mientras que en Villa del Rosario los efectos se manifestarán en los próximos días. Los productores temen que las pérdidas no solo afecten la cosecha actual, sino que también impacten negativamente la floración y el desarrollo de frutos para la próxima campaña.
Desafíos económicos
Los productores enfrentan un contexto complicado, ya que el precio que reciben por kilo de cítricos es significativamente menor al precio en góndola, donde se venden hasta a 800 pesos. Además, la competencia con cítricos importados ha reducido aún más las ventas locales.
Falta de cobertura
Dal Mazo también señaló que la corta duración de la campaña citrícola limita las opciones de seguros para protegerse ante contingencias climáticas, dejando a muchos productores vulnerables ante estos desastres naturales.
Cómo se sigue
La situación actual plantea un desafío considerable para los agricultores del norte entrerriano, quienes no solo deben lidiar con las consecuencias inmediatas del granizo, sino también con un futuro incierto para su producción y sustento.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la producción citrícola en el norte entrerriano representa aproximadamente el 30% de la producción nacional, lo que subraya la importancia económica de esta actividad para la región. Además, se estima que las pérdidas actuales podrían resultar en una reducción del empleo agrícola en un 20%, afectando a cientos de familias que dependen de esta cosecha.