Un equipo interdisciplinario de médicos de una clínica privada de Comodoro realizó esta semana una intervención de alto riesgo a una paciente de 28 años que cursaba un embarazo de 34 semanas, salvando la vida de ella y de su bebé.
La paciente sufría de Acretismo placentario, una adherencia anómala de la placenta a la pared uterina, con infiltración a vejiga, que ponía en riesgo la continuidad del embarazo y su propia vida.
El niño nació con 2.700 kg y sin complicaciones, -se encuentra en observación en Neonatología- mientras que la paciente evoluciona favorablemente en sala general.