La directora del Hospital Regional Miriam Monasterolo confirmó que este tipo de casos continúa dándose en la ciudad. "Tal vez no es adecuada la expresión, pero hay una especie de 'turismo de salud', nosotros no tenemos problema en dar atención desde el equipo de salud y el quirófano, pero el costo de la prótesis debe ser absorbido por quien puede pagar un viaje y un hotel para llegar hasta aquí", manifestó.
El año pasado hubo intervenciones a pacientes extranjeros que fueron judicializadas: una jueza ordenó, a partir de una demanda de un paciente extranjero, que la directora y el ministro de Salud debían garantizar la intervención requerida, bajo riesgo de responder con sus propios bienes en caso de negativa. Fue por el caso de un joven boliviano, que había sufrido una fractura en sus piernas durante su niñez y que, más de una década después y viviendo desde hace dos años en la ciudad, reclamó que se le colocaran prótesis en sus piernas para corregir aquella dolencia que nunca fue atendida en su país.
En todos los casos, el costo de estos insumos es variable, pero de alto impacto. "No tenemos inconveniente en brindar la atención a través del recurso humano, pero al pagar el costo de los elementos, se están usando recursos del hospital, que se generan a través del arancelamiento o del presupuesto, para asumir ese costo", explica la directora.
En otra situación, una joven mujer que llegó a operarse desde Chile requirió la colocación de placas en sus caderas: "como era joven, los traumatólogos recomendaron la prótesis importada", detalla la directora, para aludir a un costo que puede llegar a los 300.000 pesos.