“Yastay” es el nombre del primer cóndor en cautiverio nacido en Córdoba, más precisamente en el centro de rescate y rehabilitación del Parque Fitozoológico Tatú Carreta (Casa Grande, hacia el norte del Valle de Punilla) y luego de 58 días de incubación natural.
En las últimas horas, inició el largo proceso de liberación por lo que fue trasladado a Buenos Aires donde se unirá a una bandada de cóndores juveniles para que, luego de que aprenda a volar por sus propios medios, finalmente sea liberado en Río Negro.
Tanto los permisos como la documentación necesaria para su traslado fueron gestionadas por la Secretaría de Ambiente del Ministerio de Coordinación, a fin de que el animal pueda continuar su proceso de entrenamiento en Temaikén.
De este modo, Yastay acompañado de Policía Ambiental y representantes del Tatú Carreta, fue trasladado desde la reserva que lo vio nacer en Casa Grande hasta el Aeropuerto Internacional Ing. Ambrosio Taravella, donde finalmente abordó un vuelo hacia la provincia vecina.
El proceso de adaptación es calificado como “largo” ya que, según explicaron, “requiere unos meses hasta que Yastay se acostumbre a la bandada de cóndores juveniles a la que será incorporado”, para que luego aprendan a volar y a proveerse de alimentos.
Una vez finalizada su estadía en Buenos Aires, la bandada será traslada a Sierra Pailemán en Río Negro. Una iniciativa que se enmarca en un proyecto que se llama “el regreso del cóndor al mar” debido a que es una zona donde había cóndores, luego dejó de haber y ahora se está repoblando.
“El proceso es largo pero vale la pena el esfuerzo para que tenga una mejor calidad de vida, porque son animales longevos que pueden llegan a vivir hasta 70 años”, explicó María Ahumada, veterinaria del Tatú Carreta, y agregó: “Estamos convencidos de que es la mejor opción que tiene”.
“Yastay”
Su nombre significa “Dios comechingón, tutelar de las aves y protector de los animales del cerro”. Nació el 23 de noviembre de 2019 y es hijo de una pareja de cóndores que, “por lesiones sufridas en sus alas debido a impactos de balas no podrán volar nunca más”, explicó la médica veterinaria María del Rosario Ahumada en una publicación a través de las redes sociales de la Reserva Tatú Carreta. Sin embargo, también aclara que “casi como una ofrenda de resarcimiento, él (Yastay) podrá luego de un período de cría y entrenamiento, ser libre y retomar el destino de sus padres”.
Cabe destacar que el Tatú Carreta viene trabajando desde hace muchos años en la rehabilitación de distintas especies silvestres con especial énfasis en las grandes aves, mediante un proyecto conjunto con la Fundación Bioandina y la Universidad Católica de Córdoba.
Fuente: Córdoba Interior Informa.