Un hombre de 55 años parece ser el reciente testigo clave en el juicio oral y público por el delito de enriquecimiento ilícito contra el exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime, a quien se le adjudican varios bienes que no tenía a su nombre pero que según el marco de investigación, los habría obtenido a partir de presuntos negocios turbios en la oficina pública que manejó entre 2003 y 2009, bajo el gobierno kirchnerista.
Se trata de un cordobés que dice haber trabajado en el hotel Saint Tropez entre 2008 y 2010, ubicado en Avenida San Marín al 2300 en la ciudad de Villa Carlos Paz. Primero como sereno nocturno y luego como encargado durante el turno tarde.
Según el portal Infobae, su declaración vía Zoom ante el Tribunal Oral Federal 6 fue crucial, ya que "relató quien le daba órdenes de cómo organizar el trabajo en el hotel, era Julieta Jaime, una de las hijas del exfuncionario, también en juicio como testaferro de su padre", precisó el portal.
Una mujer quien además presentaba domicilio en Villa Carlos Paz en la misma dirección de la presunta sociedad (Lago Azul) desde donde se le abonaba los sueldos a este testigo de 55 años y por aquel entonces, empleado registrado del hotel.
Cabe mencionar que según se pudo conocer, los dueños de esa sociedad son Lisando López y Alfredo Pielach, (quienes previamente no habrían tenido conexión alguna con la industria hotelera) pero que también formaban parte de la estructura empresarial de Néstor Otero, el dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro, concesión que casualmente estaba bajo la jurisdicción de control del imputado y exfuncionario Ricardo Jaime.
En cuanto al argumento, todo indicaría que ambos habrían decidido invertir en un hotel, sitio que al parecer justo manejaba Julieta Jaime, por lo que Pielach habría declarado en la instrucción del caso que era "amigo" de la hija del exfuncionario, y por ese motivo es que habrían hecho semejante inversión en Carlos Paz.
Tanto López como Pielach, están acusados como presuntos "testaferros de Jaime", junto a la propia Julieta Jaime y algunos de sus familiares, vecinos de esta ciudad serrana.
Foto de portada: ilustrativa / archivo.